Prometeo Sánchez: “Es muy importante la apuesta por variedades con una mayor tolerancia al estrés hídrico"
El 2023 supuso un enorme desafío para los productores de arándano en Perú. Unas dificultades que se tradujeron en un considerable descenso en la exportación. Bien es cierto que el pobre rendimiento no solo se debió a una cuestión climática, sino también de manejo agronómico.
Así lo explica el Dr. Prometeo Sánchez García, profesor en el Colegio de Postgraduados y especialista en nutrición vegetal, investigador y asesor de empresas agroexportadoras en Perú y México, entre otros países: “En 2023 el fenómeno de El Niño, con temperaturas altas y lluvias generó una condición climática favorable para el desarrollo vegetativo de algunas variedades de arándano, que aunado al manejo cotidiano del nitrógeno (75% amonio y 25% nitratos) después de poda, acrecentó el problema del desarrollo vegetativo, ocasionando retrasos en la floración e incluso ausencia de flores”.
En la campaña actual de 2024, indica Sánchez que parece estar ocurriendo lo contrario: “Este año, el fenómeno de El Niño con altas temperaturas y sin lluvia está generando un fuerte estrés en la mayoría de las variedades en Perú, ocasionando deshidratación e incluso muerte del meristemo apical”, detalla.
La genética, elemento clave para superar las adversidades
En este escenario, la adaptabilidad y una buena elección de las variedades se erige como un factor fundamental para afrontar el desafío. En este contexto, el Dr. Sánchez lo tiene claro: “El factor genético es primordial. Es muy importante la apuesta por variedades con una mayor tolerancia al estrés hídrico, ya que la interacción de los factores climáticos desfavorables como altas temperaturas, baja humedad relativa y radiación alta se traduce en estrés hídrico para las plantas”. Otro factor clave, según él, es “la elaboración de mapas de estrés para diseñar programas de manejo de estrés climático por variedad mediante la bio-estimulación y la inversión en infraestructura”.
¿Por qué variedades apostar?
Además de la mencionada tolerancia al estrés hídrico, Prometeo Sánchez considera que “las variedades que tienen mayor densidad estomática en las hojas toleran mejor el estrés climático”. Teniendo en cuenta estos factores, según su opinión, una excelente alternativa son las variedades de Planasa: “En Perú y México, en condiciones de estrés climático extremo, de todas las variedades que existen en el mercado y que he tenido la oportunidad de observar, las que han mostrado un mejor comportamiento han sido Blue Madeira, Blue Manila y Blue Maldiva”.
Estas variedades evergreen cuentan con requerimiento zero de chilling hours, lo que les permite adaptarse a climas tropicales sin horas frío y les confiere una singular capacidad para resistir condiciones climáticas desfavorables e incluso potenciar sus características: “Los productores aún persiguen aspectos como rendimiento por planta, tamaño de baya, sabor (relación grados Brix/acidez), firmeza y bloom. Esto último también es lo que el consumidor final exige fundamentalmente”. Y, por último, concluye que “el futuro pasa por el desarrollo de variedades con mayor rendimiento, mejor calidad de frutos, tolerancia al estrés climático y fitopatógenos”.