Columna: El TPP en la agroexportación: Nuevos desafíos para Chile
Por: Matías Araya Varela y Sebastián Norris Bustos. Abogados Araya & Cía. Especialistas en Comercio Internacional.
En las últimas décadas, Chile ha profundizado su apertura comercial, abarcando cada vez más mercados. Esto se ha logrado a través de alianzas y acuerdos comerciales con distintos países alrededor del globo, siendo el sector agrícola y agroexportador uno de los principales beneficiados. La firma del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica – también conocido como TPP por sus siglas en inglés - consolida aquel propósito.
De acuerdo a datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), las exportaciones agrícolas destinadas a los países que integran el TPP, alcanzaban los US$ 4 mil 422 millones a 2012, lo que corresponde al 41% de las exportaciones agrícolas de Chile al mundo. De esta forma, la región Asia-Pacífico se ha convertido en el primer mercado de destino de este sector y de ahí la importancia de estar presente en un acuerdo de esta envergadura. Los principales productos agrícolas de exportación, son las frutas (arándanos, uvas, paltas y clementinas entre otros), el vino, las carnes de cerdo y de ave.
En la actualidad, Chile cuenta con Tratados de Libre Comercio (TLC) con todos los países que integran el TPP. En ese sentido, la principal promesa del acuerdo – lograr que en un plazo de ocho años el 95% de los productos que se exporten tengan lleguen a un arancel cero – no tendrá un impacto significativo en la agroexportación del país. Sin perjuicio de lo anterior, se abren posibilidades certeras de apertura y profundización de la relación comercial con algunos países del TPP, siendo Japón el más importante de ellos. Esto porque el TLC que Chile mantiene con el país nipón, contiene exclusiones importantes o acceso muy limitado para varios productos chilenos.
De acuerdo a las estimaciones de la ODEPA, un 45% de las exportaciones podrían estar sujetas a mejoras en las condiciones de acceso en el TPP, por sobre el acuerdo bilateral con Japón. En el sector de la fruta fresca, la agencia estima que los productos que mejorarán su condición arancelaria serán las uvas, cerezas, peras, damascos, duraznos, ciruelas, kiwi y manzanas.
Al mismo tiempo, se espera que mejoren las condiciones para las exportaciones frutícolas destinadas a Canadá, Vietnam y Malasia. Sin embargo, el TPP también implicará que Chile comience a competir directamente con el potencial exportador de otros países miembros. Por ejemplo, Nueva Zelanda podría abarcar parte de la demanda de Estados Unidos de kiwis y manzanas y Perú la de mandarinas, clementinas y uvas.
En este escenario, es importante que los exportadores frutícolas chilenos puedan mantener las características diferenciadoras que ha logrado la industria para conservar una posición competitiva dentro de la cuenca Asia-Pacífico. En ese sentido, vemos cómo las partes que firman el TPP se comprometen a participar en un comité de Comercio Agrícola con el propósito de promover el intercambio de mercancías agrícolas.
Si bien, el impacto que tendrán las rebajas arancelarias que propone el TPP no será tan elevado en Chile, el tratado también contempla otros aspectos de interés como acuerdos en materia sanitaria y fitosanitaria, medioambiental, laboral y de resolución de controversias internacionales. Por último, es de suma importancia que nuestro país continúe en la avanzada de un acuerdo que cubre a las economías que concentran el 40% del PIB del mundo. A nivel de comercio exterior, la agroexportación chilena tiene más espacio que ganar con este tratado que marginándose de él.
Este y otros temas serán abordados el próximo viernes 8 de julio en la sexta versión del Seminario de Comercio Internacional para Exportadores de Araya & Cía.