En los últimos años, el pistacho se ha convertido en un alimento esencial para los consumidores que buscan una alimentación más saludable y es un ingrediente de moda e innovador en la gastronomía regional. 

La gran demanda de pistachos y la escasa oferta local explican en parte los altos precios que alcanza la producción, superior al de otros frutos secos como las nueces y las almendras.

El pistachero tiene muchas características que lo hacen un cultivo especial. Una de sus particularidades es que requiere ambientes áridos con inviernos fríos y períodos estivales muy cálidos. En el mundo hay pocas zonas de cultivo donde puede desarrollarse, ellas son; Medio Oriente, Estados Unidos, España, Italia, Grecia, Australia y Argentina.

La producción de pistachos es relativamente nueva en Argentina. Las primeras plantaciones tuvieron lugar en San Juan a finales de la década de 1980, cuando se sembraron las primeras semillas, pero no fue hasta mediados de la década de 1990 con la reglamentación de la Ley Nacional 22.021 de diferimientos impositivos que tuvo lugar el desarrollo comercial del cultivo en San Juan.

En los últimos 5 años, el cultivo del pistachero ha experimentado un crecimiento exponencial, aumentando en más de un 500% las hectáreas cultivadas, sólo en la zona núcleo (Sur de San Juan-Norte de Mendoza). 

Según el último Censo Nacional Agropecuario (2018), San Juan se constituye como la principal provincia productora, con 6.500 hectáreas que representan cerca del 90% de la superficie cultivada en Argentina. En segundo lugar, se encuentra Mendoza, con alrededor de 770 hectáreas y más atrás están las provincias de La Rioja (100 hectáreas) y La Pampa (55 hectáreas). 

¿Cuáles son las zonas de mayor aptitud para implantar pistacheros en Argentina?

Esta pregunta motivó en 2023 la conformación de la Red Nacional para el Estudio del Pistachero en Argentina. 

En una primera instancia, la red apunta a identificar y caracterizar las limitantes climáticas para el desarrollo del cultivo del Pistachero en el país Argentina y luego clasificar áreas de aptitud climática actuales y futuras para su desarrollo.

El producto a lograr es el desarrollo de un mapa donde se identifiquen zonas de alta aptitud, aptitud intermedia y las zonas no aptas. Para alcanzar estos objetivos se desarrolló una metodología estadística novedosa que ha permitido obtener los requerimientos ambientales necesarios para que ocurra la floración, que la floración se produzca en una alta intensidad y que los frutos maduren y alcancen calidad comercial.

Los estudios se han realizado para el cultivar Kerman, el único material hembra disponible actualmente en Argentina.

Otra de las particularidades del pistachero, es que es una especie dioica, es decir, las flores masculinas y femeninas se encuentran en árboles diferentes.

Al mismo tiempo se ha trabajado con el análisis de series meteorológicas históricas registradas en más de 30 estaciones distribuidas en las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, La Pampa, Neuquén y Río Negro.

Lo interesante del trabajo, es que para la construcción de los mapas se han utilizado datos de fenología y producción exclusivamente recopilados de productores y técnicos de San Juan y Mendoza.

Esto permite brindar una herramienta localmente más robusta ya que, hasta el momento, la información utilizada para la toma de decisiones ha provenido de estudios y experiencias de otros países productores.

La red continúa trabajando en nuevos desafíos para acompañar el desarrollo del pistacho, dando respuestas al sector productivo nacional.

*Nota con información del Programa Nacional Frutales de Argentina.