Estados Unidos: Productores de pecanas enfrentan pérdidas de hasta un 100% tras paso de Helene

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Estados Unidos: Productores de pecanas enfrentan pérdidas de hasta un 100% tras paso de Helene

El huracán Helene dejó una estela de destrucción en el sureste de Estados Unidos, causando víctimas mortales e importantes pérdidas agrícolas. Uno de los estados más afectados fue Georgia, que vio afectada significativamente su industria de pecanas.

Lenny Wells, profesor de horticultura y especialista en extensión hortícola de la Universidad de Georgia, habló con Portalfrutícola.com sobre la industria de pecanas del estado, las pérdidas del huracán Helene y cómo la poda de setos ayudó a salvar muchos árboles.

Georgia es el mayor estado productor de pecanas de Estados Unidos, con volúmenes anuales que oscilan entre 80 y 150 millones de libras. La mayor parte de esta producción tiene lugar en la mitad sur del estado, una zona conocida como “la línea del otoño” o “la región de la llanura costera de Georgia”, según Wells.

“La mayoría de las zonas donde se cultivan pecanas son regiones áridas y normalmente sólo se ven dos o tres variedades”, explica Wells. “En Georgia, cultivamos unas 20 variedades, algunas de las cuales son más antiguas y se van eliminando a medida que plantamos variedades más nuevas”.

Wells comentó que, históricamente, el sector ha estado parcialmente protegido de las tormentas debido a su ubicación. Cuando los huracanes llegan al estado, suelen debilitarse y convertirse en tormentas tropicales o depresiones.

Sin embargo, en los últimos años, el estado se ha enfrentado a varias tormentas importantes, siendo la peor el huracán Michael en 2018. Sin embargo, Helene parece haber superado a este evento.

Impacto del huracán Helene

En cuanto a los efectos producidos por el huracán Helene, Wells dijo que fue mucho peor porque llegó muy adentro del estado, incluyendo el área de Augusta, donde los vientos alcanzaron entre 90 y 100 millas por hora.

“Esa tormenta siguió siendo extremadamente potente durante un largo trecho hacia el interior de nuestro estado y, como he mencionado, tenemos pecanas plantadas por toda esa zona”, explicó Wells. 

Wells señaló que la industria sufrió daños importantes, principalmente por el vuelco de los árboles. Los nogales no pudieron resistir los 15 a 20 centímetros de lluvia y los fuertes vientos.

El estado perdió muchos árboles viejos y las pecanas suelen tardar entre cinco y seis años en estar listas para la cosecha, y la producción en pleno suele empezar a los ocho o diez años.

“Cuando se pierden árboles productivos y hay que replantarlos, pasan varios años antes de que el huerto genere ingresos”, explica Wells. “En la última semana he visto productores que han perdido casi el 100% de sus árboles productivos”. 

Consultado sobre si los árboles podían replantarse tras caer, Wells dijo que la mayoría de ellos no pueden salvarse.

“Depende de la edad y el tamaño de los mismos”, explicó. “El problema con esta tormenta es que la mayoría de los árboles derribados tenían 30 años o más y, normalmente, a esa edad, aunque el árbol no se haya derribado del todo y sólo esté inclinado, digamos entre 30 y 40 grados, para que tenga alguna posibilidad habría que eliminar el 70% de la copa, como mínimo”. 

Explica que la mayoría de las veces es mejor talar esos árboles y empezar de nuevo, ya que no se puede predecir cuáles sobrevivirán y cuáles no tras la replantación.

“Si se trata de un árbol de cinco o seis años, muchas veces se puede salvar, pero con esta tormenta no vimos volar muchos árboles de esa edad”, explica. “Lo que perdimos fueron los árboles más viejos”. 

Medidas para proteger las pecanas de las tormentas

Wells afirma que, aunque ciertas prácticas de gestión pueden ayudar a proteger los árboles de las fuertes tormentas, no pueden eliminar los daños por completo, pero sí minimizarlos.

Una de ellas es pensar en la variedad de pecana antes de plantar. Los árboles con una copa más dispersa y un hábito de crecimiento más erguido tienen menos probabilidades de recibir vientos fuertes. 

“Algunas variedades tienen una copa muy grande y espesa, y se extienden mucho”, explica Wells. “Esos tipos de árboles van a recibir más viento y van a ser los más propensos a volcar”. 

La táctica principal, sin embargo, es la poda de setos. Wells señaló que, si bien esta práctica se utiliza en Georgia desde hace poco más de una docena de años, en el oeste de Estados Unidos se emplea desde hace entre 20 y 30 años.

“Se desarrolló principalmente para que entrara la luz del sol en el huerto porque, a medida que crecen los nogales, empiezan a hacerse sombra unos a otros”, explicó. “Así que, con la poda en seto, lo que se hace es eliminar todo el crecimiento de las ramas más allá de unos seis o siete pies del tronco, por toda la hilera de árboles, y coronar el árbol a 30 o 40 pies”.

Mencionó que el estado comenzó a incorporar esta táctica en sus huertos cuando pasó el huracán Irma. “Después de evaluar los daños en las parcelas con y sin setos, descubrimos que las parcelas con setos tenían un 60% menos de daños”, dijo Wells.

La moral ha estado baja debido a los daños, pero tras hablar con los agritcultores después de la tormenta, Wells señaló que muchos habían cambiado de opinión sobre su permanencia en la industria de la pecana.

Muchos tendrán que reducir su producción, pero seguirán cultivando, aunque algunos hayan perdido casi el 100% de sus árboles.

“Son un grupo resistente y llevan mucho tiempo en esto, lo hacen ciertamente porque se ganan la vida y ganan dinero, pero también lo hacen porque les encanta y quieren seguir haciéndolo”, aseguró. 

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