Los arándanos favorecen un envejecimiento más saludable

Los flavonoides y los alimentos ricos en ellos, como los arándanos, se asocian a un envejecimiento saludable, según reporta el U.S. Highbush Blueberry Council.
Un estudio, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, descubrió que los alimentos con estas sustancias de bajo peso molecular producidas por casi todas las plantas vasculares, ayudan a un menor riesgo de mala salud mental.
La investigación, dirigida por investigadores de la Queen's University de Belfast (Irlanda del Norte), la Edith Cowan University de Perth (Australia), la Harvard T.H. Chan School of Public Health y el Rush University Medical Center, destaca la relación entre la ingesta de flavonoides y tres indicadores de envejecimiento saludable: fragilidad, deterioro de la función física y mala salud mental.
El sondeo involucró a más de 85.000 hombres y mujeres mayores de 60 años, donde quedó de manifiesto que los arándanos, las fresas, las manzanas, las naranjas y el té, favorecen un envejecimiento más saludable.
“Desde el punto de vista de la salud pública, un ajuste modesto pero factible, consistente en un aumento de 3 raciones diarias de alimentos ricos en flavonoides, se tradujo en un riesgo entre un 6% y un 11% menor en todos los indicadores de envejecimiento saludable en las mujeres, y en un riesgo un 15% menor de mala salud mental en los hombres”, afirmó Aedín Cassidy, Doctor, Catedrático de Nutrición y Medicina Preventiva y Director de Investigación Interdisciplinaria de la Universidad Queen's de Belfast y del Instituto para la Seguridad Alimentaria Mundial.
Método de investigación
Los investigadores utilizaron datos de dos estudios de cohortes prospectivos de ámbito estadounidense conocidos como Nurses' Health Study (NHS) y Health Professionals Follow-up Study (HPFS).
Se hizo un seguimiento de 62.743 mujeres entre 1990 y 2014, y de 23.687 hombres entre 2006 y 2018, e incluyó sus datos cuando cumplieron 60 años o más.
La ingesta de flavonoides en la dieta se calculó a partir de cuestionarios de frecuencia de alimentos recogidos en el momento en que los participantes comenzaron y cada cuatro años durante 24 años para el NHS, y durante 12 años para el HPFS.
Cada cuatro años, los participantes completaron encuestas de salud para evaluar las condiciones relacionadas con la fragilidad, incluyendo la fatiga, la falta de fuerza, la reducción de la capacidad aeróbica, la presencia de enfermedades crónicas y la pérdida de peso.
El deterioro físico se evaluó mediante preguntas relacionadas con las limitaciones físicas para realizar diversas actividades moderadas y vigorosas.
La salud mental se evaluó y puntuó mediante preguntas de la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos y la Escala de Depresión Geriátrica.
Consumo de arándanos y otros alimentos
En el NHS, la ingesta de flavonoides totales, en comparación con la más baja, se asoció con un riesgo un 15% menor de fragilidad, un riesgo un 12% menor de desarrollar una función física deteriorada y un riesgo un 12% menor de desarrollar una mala salud mental.
El menor riesgo de estos resultados también se asoció con una mayor ingesta habitual de alimentos y bebidas específicos: té, vino tinto, manzanas, arándanos y naranjas.
En los varones de la HPFS, el consumo elevado de té y arándanos, así como el consumo moderado de vino tinto, se asociaron a un menor riesgo de mala salud mental, pero no se observó ninguna relación entre el consumo medio de otros alimentos ricos en flavonoides y la fragilidad o el deterioro de la función física.
Por otro lado, los investigadores analizaron los cambios debidos a la disminución del consumo de alimentos ricos en flavonoides. En el NHS, la mayor disminución en la ingesta de té, arándanos y manzanas se asoció con un riesgo 7%, 31% y 16% mayor de desarrollar fragilidad, respectivamente.
Aumentar la ingesta de arándanos en 0,5 raciones al día se asoció con un 12% menos de riesgo de fragilidad.
Una limitación del estudio es que sólo se centró en mujeres y hombres de mediana y avanzada edad predominantemente blancos. Se necesitan estudios futuros en diversos grupos de población con una ingesta más amplia de alimentos ricos en flavonoides.
“Nuestros hallazgos subrayan el potencial de modificaciones dietéticas sencillas para influir en la calidad de vida en general y contribuir a un envejecimiento saludable”, explicó Cassidy.