Alza en los costos y migración campo-ciudad dificultan la contratación de trabajadores agrícolas

Entrevistas Titulares
Alza en los costos y migración campo-ciudad dificultan la contratación de trabajadores agrícolas

Ofrecer mejores condiciones laborales y mejorar la condición de vida en zonas rurales es el llamado que realizan representantes de la industria frutícola chilena para detener la migración de trabajadores. En México, Perú y Argentina, el sector agrícola tambien enfrente un alza en los costos de mano de obra.

Fotografía: www.inta.gov.ar

“La minería genera 92.000 empleos, la fruticultura 450.000 y la agricultura 850.000”. Así grafica la importancia del trabajo para este sector, Antonio Walker, Presidente de la Federación de Productores de Fruta de Chile, Fedefruta.

En cultivos como la uva sultanina, el 70% del costo directo se refiere a mano de obra, sostiene por su parte, el Director del mismo gremio, Rodrigo Echeverría. En los niveles menores, la cifra llega al 40%.

Actualmente, las tendencias en mano de obra en la producción de frutas tienen que ver con la caída del tipo de cambio, que la ha encarecido, y la cada día mayor dificultad por encontrar trabajadores dispuestos a las faenas en el campo.

Sobre el tipo de cambio, Walker explica que el costo empresa de un jornal hombre se ha duplicado. Hace cinco años valía 14 a 15 dólares y hoy 30 dólares. “Y eso se produce por la baja del tipo de cambio, no es un aumento real de remuneraciones para los trabajadores”, aclara.

La situación preocupa y ya genera sus efectos. Según explica, en el último catastro frutícola de la Región Metropolitana se ve que los productores se están orientando a cultivos mecanizables para poder sortear este alto costo.

Luces de la ciudad

La escasez es otro dolor de cabeza. Según señala Antonio Walker, por un tema cultural y de condiciones de trabajo, muchos prefieren irse a trabajar a la ciudad, aunque ganen menos.

En esta época, puntualmente, en las regiones Sexta y Séptima, las personas se han ido trabajar en el rubro de la construcción producto del terremoto. “Ahí perdimos 25% de gente”, señala.

Pero hay otras causas. Según el dirigente, para ellos “es más atractivo trabajar en un centro comercial donde socialmente es mejor visto y menos sacrificado”.

Esta tendencia se está tornando tan importante, que según Walker, están en una campaña para  incentivar a los productores a mejorar las condiciones de trabajo y así retener a los trabajadores en el campo.

Hugo Ortega, Ingeniero Agrónomo y Académico de la Universidad Central, opina que el obrero agrícola tiene en general una baja calidad de trabajo. “El empresario está aprendiendo con lentitud y debe ponerse al día rápido”. Aunque destaca los esfuerzos de algunas empresas que tienen otra mentalidad al respecto.

Un aspecto que ayudaría para que los trabajadores no emigraran a la urbe, según Antonio Walker, sería mejorar las condiciones en las zonas rurales. “Hemos llamado fuerte al Gobierno para aumentar la inversión en infraestructura rural,  en pavimentación y escuelas, por ejemplo”.

Para el dirigente, hay una fuerte desigualdad entre el mundo rural y el urbano “mientras se gastan grandes cantidades de plata en el Transantiago (sistema de transporte público urbano en Chile), no se inyecta la misma cantidad de dinero en infraestructura rural”, señala.

En busca de soluciones

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En otros países como Perú, México y Argentina, también ha habido aumentos en este costo, pero Rodrigo Echeverría destaca, “nosotros nos ganamos el campeonato mundial, el primer lugar en la desvalorización de la moneda”.

Así las cosas, Walker sostiene que muchos productores están emigrando con sus producciones a Perú. Esto, porque comparada con la de Chile, “la mano de obra es al menos 50% más barata”.

Por otro lado, se están contratando peruanos para las producciones en tierras chilenas. El Ingeniero Agrónomo y Economista, Rolando Chateaunef, nos da un ejemplo de lo que sucede en el Valle de Copiapó: “A raíz de la baja del dólar y del cambio climático que ha llevado a producir fruta más tardía y por ello con menores precios, no estarían contratando a las temporeras tradicionales que empezaban a trabajar desde el norte, siguiendo las épocas de cosecha”.

¿Con quiénes las reemplazaron? Con temporeros peruanos. Según relata, “esto ha motivado cesantía en la Zona de San Felipe. Era común que las mujeres temporeras emigraran para atender las épocas de cosecha y obtenían buenos ingresos logrando interesantes ahorros, de varios millones de pesos”.

Así las cosas, advierte que este tipo de situaciones podrían derivar en xenofobia, “como ha estado sucediendo en Europa, incluso en Francia con los gitanos”, opina.

Problemáticas en otros mercados

En México, “hay también un alza considerable en la mano de obra y costos asociados con ésta, tales como seguridad social, gastos médicos y pasivo laboral”, señala Miguel A. Usabiaga de la empresa Mr. Lucky. “Más o menos se sube un 5.5 a 6.0 % anual”, acota.

Añade que la salida a esta situación, ha sido “buscar una mayor eficiencia, como mecanización y tecnología”.

La Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, CAFI, explica la situación en ese mercado. “El sector es altamente sensible en su competitividad por alteraciones de las variables exógenas”, informa a través de un estudio.

Estas son la paridad de monedas frente al dólar, la política comercial, es decir el acceso a mercados y aranceles de importación, y las barreras no arancelarias, como el protocolo de exportación, el límite máximo de residuos y las certificaciones privadas.

Según agregan, en el 2007, las pomáceas requirieron 3.800.000 de jornales de mano de obra directa con 36.700 empleos. En forma complementaria, la cadena registraba otros 23.300 empleos indirectos hasta el punto de venta, totalizando 60.000 empleos y 10.500.000 jornales anuales.

“Los cereales en nuestro país utilizan un jornal por hectárea en comparación con los 67 jornales directos en fruta de pepita. Esto representa una capacidad 67 veces superior de generación de empleo en relación a una hectárea agrícola”.

En otro aspecto, el documento de CAFI sostiene que “la participación del salario en el negocio de exportación se ubica en un nivel máximo histórico”.

Capacitación y pago de antigüedad

Antonio Walker de Fedefruta, agrega que a pesar que los productores han tenido que ser cada vez más eficientes, “nosotros queremos que la gente gane sueldos dignos”. No obstante, añade que “todo el sistema está hecho para que no se pueda pagar mejor”.

Según Hugo Ortega, la mejor fórmula es siempre ofrecer mejores condiciones a los trabajadores, por ejemplo con capacitación y Rolando Chateaunef  plantea ideas para mejores remuneraciones. “Sería conveniente que los trabajadores recibieran participación sobre los ingresos finales de la empresa. Ello contribuiría a tener menos costos fijos, reducir sus riesgos y al ser los resultados positivos, los trabajadores recibirían más dinero y en forma posterior”.

Añade que se debiera además pagar la antigüedad. “Ello ayudaría a mantener un mejor abastecimiento de mano de obra con experiencia y mayor responsabilidad”, idea con la que coincide el académico de la Universidad Central.

Fuente: www.videlabs.com/portalf

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