Este mediodía, con un sol radiante de primavera, me ha parecido un buen momento para realizar un acodo aéreo a este largo brote de Zapote blanco de México, Casimiroa edulis, de la familia de las Rutaceae, la misma que los naranjos, los limoneros y la ruda.
El árbol tiene catorce años y mide unos siete metros de altura. Procede de una semilla que recogí en el suelo bajo la copa de su madre, que crece feliz en el fantástico Jardín botánico de la Orotava de Tenerife. En este enlace encontraréis información sobre este frutal mexicano ---> Blanco, Negro, Amarillo: los Zapotes de México
Éste es el brote lateral que he acodado.
Detalle de la zona a acodar. El brote sale de la parte inferior del tronco, casi a la altura del suelo.
Con un cuchillo de injertar le he hecho dos cortes paralelos separados unos dos centímetros y luego un corte vertical para despegar un anillo de corteza.
El cambium blanco y jugoso queda a la vista sin la protección de la corteza. La zona descortezada impide que la savia procesada por las hojas del brote baje por la corteza hacia las raíces en su continua circulación hojas-raíces-hojas-raíces..... La savia queda bloqueada en la parte superior del corte y busca desesperada una salida para completar el ciclo circulatorio vegetal. Al no hallar raíces se ve obligada a formarlas a partir del cambium subcortical, que contiene células-madre pluripotenciales.
Una bolsa transparente es ideal para el acodado de este brote. Se le abre la parte inferior para poderla meter como si fuera un calcetín.
La bolsa pasando por el ápice del brote.
Al llegar a la altura del corte se ata fuertemente unos centímetros por debajo del mismo con un trozo de rafia o de cualquier cuerda.
Luego se rellena la bolsa con tierra vegetal húmeda procurando que el sustrato rodee el corte del brote.
Una vez rellenada la bolsa se ata por su parte superior.
A continuación se rodea la bolsa del acodo con rafia apretando fuertemente para que la tierra húmeda contacte íntimamente con la zona descortezada.
Se rodea con papel de aluminio o con papel de periódico para que no le dé el sol que lo recalentaría, el sustrato entraría en ebullición y quemaría (herviría) la zona a acodar.
Y finalmente se sujeta el papel de aluminio con varias vueltas de rafia. Cada dos o tres semanas se le deben inyectar varias jeringazos de agua con una jeringuilla intramuscular, hasta que las nuevas raíces se hayan formado y se transparenten a través del plástico, momento en el que se procederá a separar el acodo del árbol-madre. Habremos obtenido así un nuevo zapote blanco que podremos sembrar directamente en su lugar definitivo o provisionalmente en una maceta.