Cultivos agroecológicos: el camino a seguir de la agricultura convencional

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Cultivos agroecológicos: el camino a seguir de la agricultura convencional

En entrevista con Portal Frutícola Miguel Altieri, académico de agroecología de la Universidad de Berkeley, California, EE.UU. analiza los beneficios e implicancias de esta forma de hacer agricultura.

Diseñar sistemas agrícolas sustentables, capaces de producir alimentos con la menor cantidad de recursos externos, sobre todo pesticidas o fertilizantes químicos, es el futuro de la agricultura, “no queda otra”.

Así opina Miguel Altieri, profesor chileno de agroecología de la Universidad de Berkeley, en California, EE.UU, quien apuesta por este camino. Presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA) y consultor de la FAO, ha escrito numerosas publicaciones sobre el tema junto a su señora Clara Nichols.

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De izq a der: Miguel Altieri y Emilio Fernández

Altieri asesora desde hace seis años el proyecto de manzanas orgánicas, y ahora agroecológicas, que el doctor Emilio Fernández mantiene junto a Víctor Möller, presidente de Hortifrut y Eduardo Pizzagalli, agrónomo de la Universidad Católica, en el valle Lo Orozco, Casablanca, Chile.

“Después de estos cinco años podríamos decir que estamos llegando al equilibrio ecológico esperado, lo que se refleja en una menor necesidad de insumos y elementos externos para el control de plagas y enfermedades ayudando a que los árboles expresen su mayor potencial productivo”, afirma el doctor.

Según su experiencia, después de un tiempo los sistemas biológicos se equilibran y las plantas se hacen más resistentes a plagas y enfermedades, ya que mejora su inmunidad.

En uno de los cuarteles del proyecto de manzanas de Lo Orozco ya se aplica sólo un producto, donde antes se requerían 12. Esto demuestra que, además de la protección al medio ambiente y producir alimentos más sanos, los costos de producción son menores.

¿Qué es la Agroecología?

El profesor Altieri explica que esta consiste en imitar el funcionamiento de los ecosistemas naturales. “El bosque nativo por ejemplo, no necesita fertilizarse, ni regarse, ni tiene plagas, porque está en equilibrio gracias a su diversidad y a que tiene mucha vida en el suelo, es decir, tiene características que le permiten funcionar por sí mismo”, grafica.

La idea es replicar esto en los sistemas agrícolas creados por el hombre, utilizando uno de los principios de esta ciencia, la diversidad. “Se rompe el monocultivo y se asocian aquellos que se complementan funcionalmente”, explica.

Un ejemplo es el maíz con el frijol, técnica que han usado los campesinos latinoamericanos desde hace cientos de años, dice el experto. “El frijol fija nitrógeno que se lo pasa al maíz y a su vez, éste produce sombra, que le favorece al frijol para crecer y aumentar la fauna benéfica”, profundiza.

Esta forma de cultivar se usa actualmente en especies como manzanos o viñedos, donde por ejemplo, se incorporan plantas bajo las hileras para que se estimule la vida en el suelo. En Casablanca están intercalando flores para atraer insectos benéficos que controlen las plagas de los manzanos, como el pulgón, la arañita o el chanchito blanco.

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Manzanos orgánicos y la biodiversidad con corredores florales que reflejan el concepto del desarrollo de los ecosistemas de un cultivo agroecológico

Pero no hay que confundirse, no es lo mismo ser orgánico que agroecológico, aunque se puede ser ambos. “Hay muchos productores que se pasan de químico a orgánico pero mantienen el monocultivo, por lo que tienen que seguir aplicando productos”,  sostiene Altieri.  Aunque estos elementos no sean químicos sino que por ejemplo botánicos, de igual forma se produce una sustitución de insumos, que implican iguales o mayores costos que en la agricultura tradicional.

Por ejemplo en Cuba, “donde por necesidad se transformaron en orgánicos, al poco tiempo se dieron cuenta que debían usar principios agroecológicos”, indica el profesor.

El académico sostiene que el proyecto de manzanas en Casablanca aún es visto como algo alternativo o revolucionario, “pero en la medida que los agricultores lo vean como innovación, no van a tener argumentos en contra”.

Añade que este tipo de experiencia no es producto del azar, sino de un proceso metodológico y de investigaciones.

Además los trabajadores también se benefician de la agroecología, esto porque además de sus labores normales acumulan conocimiento y técnicas, lo que mejora su preparación y salario, experiencias que además pueden replicar en sus propios huertos mejorando su calidad de vida y el entorno.

La Agroecología en el mundo

En California la fruta agroecológica llega al 2%, “pero hace cuatro años era de 0,5%, es un crecimiento exponencial y hablamos de agricultores que aplican la totalidad de los conceptos, porque hay otros que lo hacen en parte”, subraya el experto.

En Chile se difundió  intensamente a fines de los años 80 por Organizaciones no Gubernamentales (ONGs). El trabajo se ha mantenido a nivel de agricultura campesina, no obstante, según Altieri, Chile lleva la delantera al usarla en proyectos de gran escala. “Aquí se ha adelantado el uso de la agroecología a escala comercial como en California, donde hay viñedos que trabajan con este concepto hace ya varios años”, asevera.

Con agroecología a menor escala tienen presencia Perú y Nicaragua. El caso de Brasil también se liga con la agricultura familiar, “pero son 4.8 millones de familias que producen el 70% de los alimentos”, especifica y agrega que por su gran incidencia en la seguridad alimentaria el gobierno ha dedicado muchos recursos a investigación, educación y capacitación en el tema.

“No nos queda otra”

Para el académico de Berkeley, “no nos queda otra”, hay que seguir el camino de la agroecología. “El producir cultivos sanos tiene una serie de beneficios de los que la humanidad va a empezar a darse cuenta”, especifica. Altieri ejemplifica señalando que en Brasil hay ciudades rodeadas de  agricultura agroecológica, que tienen 10  grados menos que aquellas que han sido rodeadas por monocultivos de caña de azúcar.

Señala además que el agua que proviene de una cuenca manejada agroecológicamente es mucho más pura, a lo que se agrega la captura de carbono y la conservación de la biodiversidad. “Todos estos beneficios se llaman servicios ecológicos de la agricultura multifuncional y van a ser valorados en el futuro”, porque según el académico, tiene directa influencia con la calidad de vida.

“Creo que el cambio climático y el manejo del agua va a forzar a muchos agricultores a entender que la forma de hacer más resistentes sus cultivos es la diversidad e incremento de materia orgánica en el suelo”, asegura.

“El monocultivo va a ser del pasado si queremos adaptarnos a los escenarios climáticos que vienen sobre todo para los climas mediterráneos como el de Chile”, concluye.

Fuente: www.videlabs.com/portalf

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