Consejos para recuperar suelos quemados tras incendios
Recientemente, Chile vivió una de las peores catástrofes que ha sufrido el país, agresivos incendios en varias zonas dejaron un panorama desolador.
Si bien, los incendios ocurrieron en el país sudamericano, estos hechos pueden ocurrir en cualquier lugar del mundo. Por ello, en Portalfruticola.com, conversamos con Osvaldo Salazar, ingeniero agrónomo, director de la Escuela de Postgrado Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, para hablar más sobre el tema.
Salazar explicó que el daño que se ejerce sobre las propiedades del suelo tras un incendio, va a depender del fuego y la duración de éste. Por ejemplo, en los casos más extremos, las temperaturas en la superficie del suelo pueden llegar hasta los 900ºC.
Sin embargo, cabe señalar que, independientemente de eso, el suelo seco, es un mal conductor del calor, por lo que las temperaturas afectan, por ejemplo, a 5 centímetros de profundidad y pueden llegar a 150ºC en el peor de los casos, por lo que el daño suele ser más superficial.
Explicado este punto, Salazar señaló que “lo que sucede en la cobertura tal vez, es el efecto más significativo, donde lo que pasa es que se combustiona toda la materia orgánica del suelo”.
El carbono y nitrógeno generalmente se pierden, y dependiendo de la cantidad de material que se combustionó, queda una ceniza en la superficie.
“También puede generarse la aparición de propiedades físicas que se ven afectadas, por ejemplo, la repelencia al agua. La combustión genera compuestos orgánicos que quedan en la superficie de las partículas del suelo, favoreciendo la escorrentía superficial”.
Este es un factor sumamente importante para tener en consideración tras un incendio, sobre todo, teniendo en cuenta que en el Hemisferio Sur no faltan demasiados meses para el invierno y las lluvias.
“Si tienes suelos en pendiente, como viñas, por ejemplo, lo que se genera es escorrentía cuando comiencen las lluvias, y ahí lo que pasa es una pérdida importante de los suelos por erosión”.
“Ese es el efecto, los problemas asociados a la erosión de los suelos que pueden causar las lluvias si el suelo no es protegido nuevamente con una cobertura”.
Las cenizas también generan algunos efectos, por ejemplo, las de color negro, hacen que el suelo tienda a calentarse más por el efecto físico y haya mayor evaporación de agua.
“Ahora, esas cenizas también tienen un lado positivo. Ya que tienen cationes, como calcio, potasio, algo de fósforo, dependiendo del material que se haya combustionado. Pero es material susceptible a perderse por erosión física o eólica”.
Otro efecto que se puede dar en suelos dañados por el fuego, es un ligero aumento del pH.
Salazar aconseja como medida urgente, es incorporar medidas de conservación de suelos tales como zanjas de infiltración, zanjas de desviación de agua, ya que se corre el riesgo de que, si los suelos quedan al descubierto, éstos se erosionen y pierdan con las lluvias.
Además, recomienda ver la opción de replantar y si es posible en el corto plazo. “Lo peor que puede pasar es que esos suelos queden al descubierto”.
En resumen, se debe tener en cuenta que las temperaturas son más bien superficiales, pero, es recomendable hacer análisis de suelo para ver qué se perdió y cómo poder recuperar el equilibrio de los suelos, antes de que se erosionen a causa de lluvias, sobre todo aquellos que estén en pendiente.
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