Ahora las hortalizas también podrán beneficiarse del uso de portainjertos
El proyecto busca mejorar el potencial productivo e variedades tradicionales de tomates, ajíes y pimientos, a través del uso sustentable de los recursos con injertos de otras variedades que hacen posible su resistencia a los cambios del clima. Es primera vez que esta técnica -que es común en frutos- se aplica a hortalizas.
La Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, han estado en el proyecto “Variedades tradicionales de tomates, pimientos y ajíes en la era de los injertos: Estímulo a su uso comercializando plantines, realzando su valor patrimonial y mejorando su potencial productivo a través del uso de injertos y el uso sustentable de los recursos”.
El proyecto se está desarrollando en la parcela Doña Nancy, en la región de O’Higgins, y Edson Escobedo, administrador de la parcela, señaló que su mayor preocupación ha sido los efectos que está teniendo el cambio climático en sus cultivos, su resistencia a problemas fitosanitarios del suelo y mayor tolerancia al estrés hídrico.
“El cambio climático está siendo un factor súper importante. Incluso, se está viendo una aceleración de cosecha, y también ha incidido en mayores plagas y enfermedades. Además, la calidad del fruto se estaba viendo alterada, no llegando a su color, tamaño, forma, etc.”, explicó Escobedo.
El proyecto fue adjudicado en el marco de la convocatoria nacional 2016 de FIA de Adaptación al Cambio Climático a través de una Agricultura Sustentable.
“El objetivo es apoyar la ejecución de proyectos de innovación que estén orientados a la adaptación a las consecuencias que trae el cambio climático en el sector agrario, agroalimentario y forestal. Y hace un año que se están realizando ensayos para la identificación de compatibilidad patrón-injerto en variedades de tomate tradicionales, tales como tomate Limachino, Rosado y Poncho Negro”, sostuvo la ejecutiva FIA, Marcela Arce.
Ricardo Pertuzé, agrónomo y parte del equipo de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile sostuvo que, “con esta iniciativa se pretende estimular el uso de variedades tradicionales de tomates, ajíes y pimientos solucionando algunos problemas de suelo a través de injertos, como una forma realizar una conservación activa de ellas en manos de los agricultores”.
Estos ensayos de injertos se han llevado a cabo con plantines de tomates actualmente conservados en el Banco de Semillas Hortícola de la Universidad de Chile, las cuales corresponden a variedades híbridas de tomate, tales como Emperador y Maxifort, que han demostrado mayor resistencia a las consecuencias provocadas por el cambio climático. De las pruebas que se han hecho, los resultados han sido exitosos.
“En este primer año el proyecto ha estado evaluando las mejores combinaciones de patrones y variedades para luego promover el uso de ellas a través de los agricultores, y huertos caseros", sostuvo Pertuzzé.
Además, se realizarán ensayos para la identificación de compatibilidad patrón-injerto de variedades tradicionales de Pimiento (California Wonder, Morrón, Lamuyo); y variedades tradicionales de Ají (Cristal, Cacho de cabra, Puta Madre).
“Lo rescatable es que a través de las mismas plantas que han resistido a estos cambios se están aprovechado respecto a lo que la naturaleza ha sabido desarrollar y que ha ido evolucionando”, señala Edson Escobedo y agrega, “el proyecto ha tratado de rescatar variedades tradicionales, que tienen su herencia y que han venido pasando por generaciones hacia nosotros y así sucesivamente. Tienen un plus en su sabor, se tiende volver hacia atrás, hacia la herencia”.
Una vez obtenidas las variedades injertadas más óptimas se generará un formato de presentación y venta de “plantas listas” en formato jumbo en ferias libres o supermercados, para llegar especialmente a huertas caseras y posicionar el producto, pensando en un nicho especial de consumidores.
www.portalfruticola.com / Con información de FIA