Argentina: Otra helada dañó las cerezas del Valle

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Argentina: Otra helada dañó las cerezas del Valle

La helada no fue tan contundente como aquella del 9 de octubre de 2008, pero llegó y causó daño. En la madrugada del 1 de setiembre un frío intenso cayó sobre los cereceros y casi termina con la producción. El fruto no se perdió en su totalidad, pero tuvo que soportar temperaturas de 11,8 grados bajo cero en 28 de Julio, por ejemplo. Y en Trelew alcanzó los 7 grados por debajo del cero.

Fueron 6 horas de mucho frío. Algo que los productores preveían porque “se prendieron los equipos” de riego que funcionaron toda la madrugada y “no hubo daño, se controló toda la fruta”, dijeron. Si bien desde la Cooperativa aseguraron que “esa pérdida se pudo haber evitado”, este fenómeno “nos sirve para tenerlo presente en la próxima”, ya que “no podemos volver a pasar por lo mismo”. A partir de lo que sucedió, y con la experiencia de 2008 “no te podés comer una helada más”, advirtieron.

En 2008 se perdió el 80 por ciento de la producción cerecera. Con la helada que cayó el miércoles de la semana que se fue “aún no hay estimaciones totales”, pero en algunas clases (hablando del fruto) se perdió “un 25 por ciento”, aseguraron los productores del Valle.

Walter Domínguez, es productor e integrante de la Cooperativa de Productores de Cerezas y hablando con Jornada dijo que “las temperaturas fueron distintas a lo largo de todo el Valle, aunque la zona de 28 de Julio fue más fría que la de Trelew o Gaiman”. En aquella localidad, contó, “hicieron 11,8 grados bajo cero, en Bryn Gwyn alrededor de 9,5 bajo cero y en Trelew fácil debe haber hecho menos 7 ó 7,5”.

“El daño –le dijo a este diario- no sólo está dado por la intensidad de la helada sino por su duración, o sea, fueron 7 grados bajo cero durante 6 horas. Hizo daño; a yema hinchada (el estado de la flor que da el fruto), tolera alrededor de menos 5, aunque todo depende del Estado de fertilidad de la planta”.

“Una planta débil –aseguró- es mucho más sensible que una planta bien fertilizada. Lo que sí pudimos ver es que en 28 de Julio donde prendimos los equipos e hicieron menos 11,8 tuvimos controlada toda la fruta y no hubo daño. Tenemos unos censores dentro de la plantación que cuando el equipo se prende se sergian (sic) dentro del hielo y simulan lo que le está pasando a la planta. Y en esos censores durante casi toda la noche registramos entre menos 2,8 y menos 3,5, en sólo 40 minutos que fue cuando la helada fue más intensa (menos 4 y medio de temperatura), igual, bastante baja para ese estado”.

Igual, los productores tomaron a este fenómeno como “una buena conclusión” porque “la planta resistió esa temperatura: 4,5 en 45 minutos y sin dañarse. Nos deja bastante tranquilos porque una helada de esa intensidad, en este estado fenológico, con agua para controlar, no hay problema en controlarla que es lo que hemos comprobado con esto”. De todos modos, “el resto de los productores no prendieron (los equipos) porque no tenían agua, le habían largado el agua hace muy poquito”. Entonces, para Domínguez, lo que se perdió se pudo haber evitado ya que “estamos pidiendo (a la compañía de riego) que el agua se largue una semana antes porque con este tiempo, los equipos están probados y con esa helada hubiéramos controlado todo”.
Un riesgo mayor

Domínguez comentó que con “esta helada en un estado más avanzado de la flor, o de fruto cuajado o fruto formado, no lo tolera porque cuando más avanzado está el desarrollo del fruto, o sea, más contenido en agua tiene, más sensible es a las bajas temperaturas. Si la temperatura crítica de daños es en menos 5, un fruto recién formado si no se controla se hiela”.

Hasta el momento no se cuantifican las pérdidas. “Y probablemente no llega a incidir en el rendimiento final porque –ejemplificó- cuando el fruto está desarrollado del tamaño de una arbeja, a fines de octubre, lo raleamos manualmente con tijera. Tiramos fruta dejando, por ejemplo, si en una misma yema hay 6 frutos cortamos y dejamos 3. De manera que esos 3 sean más grandes, mejor nutridos y de mayor tamaño. Eso lo hacemos, pero esa elección de qué dejamos y qué tiramos la queremos hacer nosotros no que nos las haga la naturaleza”.

Lo que pasó para Domínguez “es un daño para tener en cuenta porque no podemos tener más daño. Eso es lo que suele pasar cuando te agarra una helada de este tipo en esta época, te permite pensar que no te podés comer ninguna helada más. No hay posibilidad de error para adelante”.

El productor aseguró que “cerezas va a haber”, la realidad es que “fue una helada muy fuerte donde se podría haber evitado el daño”.

Fuente: Diario Jornada

Portal Fruticola

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