Argentina: Los empresarios frutícolas pronostican un futuro negro

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Argentina: Los empresarios frutícolas pronostican un futuro negro

Los empresarios frutícolas pronostican un futuro negro La Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, CAFI, convocó a una infrecuente conferencia de prensa.

El objetivo fue dejar trascender los números que esperan para la presente temporada, situación que, a juicio de los empresarios, podría agravarse en las venideras. Los números estimados son de una pérdida global de 110 millones de dólares en 2010 y de 200 millones en 2011.

Los rostros eran adustos. El trato, cordial para la ocasión. El objetivo, denotar la gravedad de la hora. La infrecuente conferencia de prensa, realizada en Cipolletti el pasado viernes, tampoco perdió su extrañeza en lo formal: los empresarios, entre los que se destacaban los representantes de algunas de las principales exportadoras del Alto Valle, superaban ampliamente en número a los pocos periodistas presentes. La voz cantante la llevaron el presidente en los papeles de la entidad, Oscar Martín, y el gerente de la cámara, Marcelo Loyarte, quien se mostró cómodo exponiendo los cuadros con el detalle de los principales números. Quien ofició de relator de última instancia fue el titular de Patagonian Fruits Trade, Hugo Sánchez, quizá más acostumbrado a jugar de local en materia mediática, pues el grueso de sus afirmaciones ya fueron adelantadas por un diario zonal.

El objetivo de la conferencia fue transmitir al circuito frutícola la “grave situación” que, según las cuentas empresarias, atravesaría el sector. Para ello un grupo de técnicos de todas las áreas de las firmas exportadoras se juntaron durante los últimos 45 días y elaboraron un “documento de trabajo” sobre dos ejes, establecer un “modelo de análisis” explicativo y analizar “la situación de la exportación a ultramar”.

Los resultados del trabajo  fueron los ya adelantados por E&E la semana pasada: La descripción de un negocio de quebranto signado por un aumento de la suma de todos los costos de producción y comercialización sin que exista una contrapartida en la evolución del tipo de cambio. En consecuencia, el segundo punto destacado fue la pérdida de competitividad sistémica frente a los restantes competidores hemisféricos. Según Hugo Sánchez, una realidad que “puede sacarnos del mercado”. Munición gruesa.

Malditos costos

Tras repasar la concentración comercial (ver recuadro), el segundo paso fue detallar el aumento de los costos sectoriales. Según los exportadores el “valor FOB de equilibrio”, que no incluye ganancia empresaria, debería ser con los costos actuales de 79 centavos de dólar, con un costo para la producción primaria de 23 centavos. Vale agregar que el promedio declarado en Aduana durante el período enero-julio fue de 77 centavos, lo que indicaría, si tales declaraciones no fuesen más que un acuerdo, una pérdida de 2 centavos por kilo.

Pero en este punto lo más interesante son las comparaciones interanuales. En el período 2007-2010, los costos de producción se incrementaron el 43,75% y el “FOB de equilibrio”, que suma los costos de empaque, frío, amortizaciones, administración y comercialización, el 43,63. Siempre según las empresas, 2007 fue el último año en el que los costos estuvieron por debajo de 2001. A partir de 2008 se habrían licuado los beneficios de la devaluación.

Fruta o contribución marginal

Luego se presentó la estructura de costos concentrada en el negocio de ultramar en sentido inverso, es decir; partiendo del precio pagado por el consumidor en destino y descontando todos los costos, con lo que se llegó a un resultado negativo para 2010 de 2 centavos de dólar por kilo de fruta (ver cuadro), el mismo que surge de la comparación entre el FOB de equilibrio y el declarado en Aduana. El modelo es un relojito. Si se observa el cuadro el análisis evidencia la significación que los exportadores dan a la producción primaria, cuyos costos son vistos como una “contribución marginal”. Siguiendo esta óptica singular, la contribución marginal aparece como el único costo flexible.

Mano de obra

Como se acercan las paritarias, el costo de la mano ocupa el centro de la escena, por lo que no podía estar ajeno al análisis. Para evitar problemas con las variables, los salarios se presentaron en una serie histórica referenciados a “cajas de exportación necesarias para cubrir el costo del salario medio mensual”. Mientras en 2001 el salario insumía unas 59 cajas, en 2002 tocó un piso de 29 desde el que no dejó de crecer hasta superar las 62 en 2010, esto último en base a una hipótesis de ajuste del 20% para este año.

Asimismo, el costo de otro insumo clave, la energía eléctrica, se incrementó el 54% desde el 2006.

Otra vez los impuestos

Probablemente uno de los ítems de menor consistencia técnica del reclamo empresario haya sido el vinculado a los impuestos. Aquí se recurrió a un clásico del sector y de sus asesores, que es comparar la carga impositiva de Argentina con la de un competidor cercano como Chile, un país con un modelo tributario aun más regresivo que el local.  Sin comparar los volúmenes de negocio, se afirmó que el sector paga “más de 200 millones de dólares de impuestos contra 70 de Chile”. La conclusión lógica de los empresarios es que si se aplicase el modelo chileno el sector se ahorraría 130 millones de dólares.

Otro dato notable es que, amén de las cargas laborales del empleador, se incluyen como impuestos los aportes previsionales de los trabajadores. La cifra no es menor, pues ronda en ambos países los 60 millones de dólares.
También se detalla el aporte de 22,2 millones de dólares incluido en el impuesto a los combustibles, impuestos que no se cobran en Chile. Este dato es por lo menos llamativo, pues en el vecino país los combustibles son más caros que de este lado de la frontera, donde; como no se cansan de reclamar las petroleras, el consumo está subsidiado.

También se incluyen las retenciones, lo que es algo ocioso, pues se reintegran en su totalidad, aunque la situación entraña un costo financiero, costo sin duda menor que la valuación cambiaria chilena.

Por supuesto, también hay impuestos cuya diferencia debería subsanarse, como los 16,8 millones de dólares que se lleva el tributo a los débitos y créditos bancarios ideado en su momento por Domingo Cavallo, o los 3,2 millones de dólares que se pagan en el mercado europeo y que Chile, merced a una mejor política exterior, no paga.

Conclusiones

Sobre la base de los costos presentados y los ingresos proyectados, la conclusión de CAFI fue que en 2010 la fruticultura perderá 110 millones de dólares, los que treparán a 200 millones en 2011.

* Frente al escenario de quebranto descripto en la exposición ¿Qué tipo de medidas reclama la cámara?, preguntó E&E

* La idea es pensar en un paquete de medidas, porque una sola no la resuelve. Pero mirando la magnitud de la carga fiscal, creemos que aquí puede estar una parte de las medidas. También incentivar el consumo en el mercado interno para mejorar los rendimientos, analizar la posibilidad de, transitoriamente, trabajar sobre las contribuciones patronales. Pero es sólo un borrador, detalló Loyarte

* La idea es mostrar esta situación al conjunto de la sociedad porque vemos un callejón sin salida. Queremos analizar las medidas con los demás sectores. Necesitamos acuerdos, prever medidas unilateralmente no ayuda para trabajar en conjunto, agregó Martín.

* La realidad es que la relación con el resto de los sectores se encuentra bastante deteriorada ¿Cómo cree que se podrá trabajar en conjunto en este momento?

* Porque se trata de un problema que nos aqueja a todos. De antemano no prejuzgamos que no nos vayan a escuchar. Si no nos ponemos de acuerdo el final será desastroso para todos. Seguramente habrá que hacer autocrítica, estamos dispuestos a hacerla, concluyó el presidente de la entidad empresaria.

Textuales

Oscar Martín: “La fruticultura ocupa en la región a 60.000 personas que hoy corren riesgo. No queremos asustar a la comunidad, pero queremos advertir que se están dando situaciones similares al pasado”.

Hugo Sánchez: “Frente a una crisis que se agudiza, los políticos van a explotar la confrontación de sectores, como lo han hecho los últimos 20 años. A mí me preocupa escuchar a los dirigentes políticos provinciales plantear esto en un plano exclusivamente de falta de transparencia. Acá tienen que estar unidos los dirigentes políticos nacionales y provinciales, la Federación de Productores, las cámaras de productores y CAFI para defender nuestro trabajo. Hay desbordes. Lo que yo digo es que los productores tienen que aprender a elegir con quién trabajar, porque hay empresas y empresas. El Valle va adelante y los productores buenos van adelante. Circunscribir esto a una cuestión de transparencia es bajar el nivel de la discusión”.

Concentración

En la primera parte de la exposición se presentó un análisis de la concentración del sector en base a un indicador clásico, como el IHH (Índice Herfindahl Hirschman). El objetivo de la cámara fue mostrar que el sector no está concentrado cuando se lo mide por el lado de la oferta, y que sólo muestra una “concentración moderada y en aumento” para los destinos de ultramar. Según se explicó, la serie histórica evidencia que el aumento de la concentración comercial para la fruta que sale por los puertos de San Antonio Este y Bahía Blanca es concomitante a la pérdida de competitividad sistémica. Como todo indicador numérico, el IHH oculta algunas relaciones básicas, por ejemplo; que las firmas más flexibles y sin compromisos en ultramar, sea con sus matrices o con viejos clientes, reorientaron parte de sus ventas a Brasil y al mercado interno. De acuerdo a los datos de Aduana difundidos por el Senasa. En los primeros 7 meses del año las ventas a Brasil crecieron un 15% en relación a igual período del año pasado. Sería interesante conocer los datos de Funbapa sobre mercado interno, pero el sigiloso órgano burocrático presentó días atrás, con gran pompa, las cifras de 2009, datos por supuesto inútiles para la dinámica del presente. Probablemente el detalle del IHH al comienzo de la exposición haya intentado reforzar la imagen de CAFI como una cámara formada por una constelación de Pymes integradas, además de las grandes empresas que de hecho la conducen.

Fuente: La Mañana Neuquén

Portal Fruticola

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