Argentina: Con la mira en los mayores costos de producción

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Argentina: Con la mira en los mayores costos de producción

Esta semana se conocieron los costos técnicos de la producción de peras y manzanas. En las chacras la suba interanual superó el 22 %, lo que volverá a reducir la rentabilidad del sector. Mientras, existe la potencialidad de una buena cosecha. Las esperanzas están puestas en la baja producción del Hemisferio norte, pero la menor rentabilidad permite prever un aumento de las disputas al interior del circuito.

El costo “técnico” para la producción primaria de peras y manzanas emergente del trabajo realizado conjuntamente por la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCo, el INTA Alto Valle, la Secretaría de Fruticultura Río Negro y la Subsecretaría de Desarrollo Económico de Neuquén promedia, para la temporada en curso, los 27 centavos de dólar el kilo. Este promedio simple entre los costos de diversos tipos de explotaciones, variedades, especies y tecnologías (ver aparte) resultó un 22,4% superior al de la temporada pasada, cuando apenas superaba los 22 centavos. Medido en pesos, el valor pasó de 85 centavos el kilo (con un dólar de referencia de 3,82) a 1,04 pesos para la temporada en curso (con un dólar a 3,90).

Previsibilidad

Los datos están dentro de lo esperado, no sólo por las mediciones de la inflación general, sino también por los diversos trabajos sectoriales. Pero al igual que en las temporadas anteriores, la disputa política se producirá por el pasaje de este costo técnico al precio de referencia que se establecerá en la próxima reunión de la "Mesa de Contractualización frutícola" que, en principio, se realizará este viernes 19 de noviembre.

El año pasado el “precio de referencia mediático” establecido por la mesa fue llevado de los 22 centavos del costo técnico a 29 centavos. La explicación de esta suba no es estrictamente política. Además de sumar el costo del seguro contra granizo, poco más de un centavo de dólar por kilo, se estima que los productores que están en condiciones más desventajosas por economías de escala y tecnología al momento de concretar la primera venta, son los que enfrentan  mayores costos de producción (ver aparte).

Según pudo saber E&E de fuentes de la Federación de Productores, el objetivo es que este año surja de la Mesa de contractualización un costo referencial de 35 centavos de dólar, tanto para peras como para manzanas. Vale recordar que de esta Mesa no participan los compradores, el empaque y la industria, quienes a pesar de la existencia de legislación provincial decidieron boicotear desde sus inicios este ámbito de construcción de consensos. De este ámbito, entonces, sólo participa la dirigencia política y los representantes de los chacareros, lo que no significa que los intereses de los compradores no estén representados.

Históricamente, la discusión por los costos de producción presentó contradicciones. Por un lado, el sector exportador siempre está interesado en destacar un aumento máximo de los costos con miras a sus demandas frente al Estado nacional, pero al mismo tiempo también se interesa por precios primarios mínimos al momento de la primera venta. Finalmente, el circuito frutícola presenta a su interior dos fuentes centrales de conflicto social: la relación salarial y el precio de la producción primaria. La acción pública pasa por la gestión de estas dos contradicciones.

Pérdida de competitividad.

Esta temporada se sumarán a las contradicciones tradicionales componentes adicionales: La fruticultura regional está fuertemente orientada a la exportación y es altamente sensible al tipo de cambio. En los últimos años se asistió a un proceso de inflación en dólares (ver páginas 6-7) que redujo las ganancias extraordinarias experimentadas en los primeros años de la post convertibilidad.

Para la temporada 2005/2006, el costo de la producción primaria fue de 39 centavos de pesos el kilo, los que por entonces equivalían a 13 centavos de dólar. En los últimos 5 años, estos costos aumentaron el 166 % en pesos y el 108% en dólares. Aunque los precios de exportación también mejoraron, no lo hicieron en la misma magnitud. Sí se registró una evolución importante en los precios conseguidos en el mercado interno, situación que se reflejó en una reorientación de una parte del negocios a este mercado. Además, los buenos precios en Brasil también influyeron en un aumento del peso de este mercado en el total exportado.

Pero al margen de la reorientación de las ventas y de los problemas de distribución de la renta al interior del circuito, hoy se evidencia una pérdida en la rentabilidad sectorial. Es probable que esta contracción no tenga la magnitud que describen los exportadores, pero los aumentos de costos del último lustro tienen la suficiente contundencia.

Hasta ahora el Estado realizó algunas concesiones, las que fueron desde los acuerdos con la AFIP en la declaración de exportaciones, a la baja de las retenciones del 10 al 5% a fines de 2008. Actualmente, como adelantó hace dos semanas E&E, el gobierno nacional evalúa la eliminación completa de las retenciones frutícolas. La Secretaría de Fruticultura de Río Negro acompaña activamente estas negociaciones.

Mayor conflictividad

El escenario que se presenta para los meses venideros no es el mejor. Aun si se eliminan las retenciones la situación es explosiva. Por un lado el sector empacador comercializador declara números de quebranto, por otro agronómicamente existe en las plantas la potencialidad para una cosecha entre normal y abundante. Para los empacadores esto significa la posibilidad de elegir sólo la mejor fruta, para los chacareros potenciales bajos precios y debilidad negociadora (ver aparte). Al mismo tiempo la capacidad de negociación de los principales gremios, rurales, empaque y frío, es alta; lo que permite prever aumentos de salarios por encima del 20% en una actividad en la que, en la producción primaria, la mano de obra representa el 47% de los costos totales.

Alquiler de chacras y fruta empacada

Uno de los fenómenos de la presente temporada es el aumento del alquiler de chacras por parte de las empresas. Para las firmas, la gestión directa de la producción primaria en explotaciones de terceros suele resultar más onerosa que mantenerla externalizada, por lo que inicialmente llamó la atención el fenómeno. Sin embargo, la situación se aclara cuando se agrega el dato de la demanda internacional y la situación interna. La menor cosecha del Hemisferio Norte permite esperar una demanda de exportación sostenida, los mayores costos internos con cosecha entre normal y buena permiten predecir un aumento de la conflictividad. Alquilar y trabajar directamente las chacras es una manera de protegerse de los conflictos de la primera venta. Un segundo dato que llamó la atención es que estos alquileres no se reflejaron en los Renspa. Al parecer se generalizó la modalidad de no registrar los cambios en el titular de la explotación, lo que, de paso, permitiría recibir los subsidios potenciales a los “pequeños productores”.

Un segundo camino para evitar la conflictividad, que para algunos productores tomó la forma de amenaza, son los dichos de algunos voceros empresarios de que se comprará mayoritariamente fruta empacada. Si esto pudiese lograrse, se evitarían las tradicionales disputas por la calidad y el nivel de descarte, externalizando otra etapa del proceso productivo. Pero la realidad es que, en el mejor de los casos, la modalidad sólo podría completarse con una porción mínima de la fruta del Valle. Es una cuestión de infraestructura, los pequeños empaques de antaño ya no existen y recuperarlos es un proceso de mediano y largo plazo. Un proceso sin dudas extraño, pues implicaría reconstruir lo que se destruyó.  Tampoco parece imaginable que los frigoríficos medianos y grandes existentes se especialicen en vender el servicio de empaque.

Fuente: La Mañana de Neuquén

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