España: Los precios de cítricos se estancan y el comercio intenta renegociar tratos
Los bajos precios a los que actualmente se cotiza la naranja han provocado que el comercio trate de renegociar tractes --el método tradicional para la compra de cítricos en el campo-- que tenía cerrados.
Esa es la denuncia de los representantes de las organizaciones agrarias, quienes señalan que las firmas presionan a la baja en los precios de algunos acuerdos que cerraron tiempo atrás. El recién elegido secretario general de la Unió, Ramón Mampel, confirma que las empresas comercializadoras “aprovechan ahora para renegociar y presionar a agricultores que no han recolectado”. Aunque tampoco habla de la reducción en el precio, también el responsable de los Servicios Técnicos de AVA-Asaja, José Francisco Sales, reconoce que el tema afecta a la clemenules y que se está creando en el sector “cierta psicosis, y el agricultor comienza a estar estos días un poco nervioso”.
Aunque en la sectorial citrícola de Fepac-Asaja de ayer en Almassora no salió este tema, su presidente, Néstor Pascual, dice que esto “es consecuencia de no haber usado el contrato” homologado para la compraventa. Además, su secretario Doménec Nàcher afirma que, actualmente, los productores “no miran tanto el precio como la capacidad de cobro” ante el miedo a los impagos.
La sesión celebrada ayer de la mesa de cítricos del consulado de la Lonja de Valencia concluyó que se están cerrando “muy pocas compras en el campo a pesar de que se mantiene el ritmo en la recolección”. Por esta razón, este observatorio no ha detectado cambios en la cotización de la clemenules en la última semana, que cifra de 0,188 euros el kilo a 0,235, valores muy inferiores a los del principio de campaña.
En opinión de Sales, estos problemas se deben a que el mercado no está ejerciendo el tirón que debería, a estas alturas, sobre la oferta, algo que se podría deber a que, en Europa, donde va destinada casi toda la producción citrícola provincial, “no hace el frío que toca”, como también confirma Nàcher. Esto ha provocado las dificultades, dado que los comercios “acapararon fruta y ahora no la pueden vender”, dice Pascual. Como ellos, Mampel cree que “si el mercado reacciona, todo quedaría atrás”.
Por ello, las organizaciones piden “calma” a los productores para que no renegocien los tratos, más aún cuando, según Sales, todo se puede deber a “una estrategia de algún comercio” para presionar a los agricultores. También coinciden los tres en que si el caso fuera al revés, que la fruta tuviese ahora un precio mejor, la revisión favorable para el agricultor no sería posible.
Fuente: El Periódico Mediterráneo