Conocidas como el “diamante negro de la gastronomía”, es un producto gourmet altamente cotizado en mercados internacionales. Chile emerge como un nuevo polo productivo en Sudamérica ante una creciente demanda mundial.

La producción y exportación de trufas negras en Chile ha ido en aumento, transformándose en un producto de altas oportunidades y rentabilidades para la industria nacional.

Actualmente, un total de 60 hectáreas de trufa negra se están plantando a lo largo del país, gracias a un proyecto de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), que busca introducir este fruto gourmet a Chile. La expectativa es alcanzar a fin de año una superficial total de trufa negra de 150 hectáreas.

Y es que los beneficios de este producto, conocido como “el diamante negro de la gastronomía”, son múltiples. Por un lado su demanda, tradicionalmente concentrada en Italia y Francia, hoy se ha expandido a otros mercados como Japón y Estados Unidos.

Una hectárea de trufa negra en plena producción puede generar retornos superiores a los US$ 40 mil anuales.

La empresa Agrobiotruf apoyada por FIA, ha desarrollado diversos métodos de cultivo que permitirán establecer las bases para generar una industria chilena de truficultura, creando así un nuevo polo productivo en Sudamérica. Con este proyecto será posible mejorar la oferta de trufa negra de contra temporada, ante la creciente demanda mundial de los últimos años.

El kilo de trufas puede llegar a transarse entre US$1.500 y US$2.000. Las razones que explican sus altos precios son que la demanda está muy por sobre la oferta; que no cuenta con productos que sirvan como sustitutos directos, y que los nuevos cultivos son de bajo rendimiento y de lenta entrada en producción. Actualmente Francia concentra el 70% del mercado.

Los distintos estudios y plantaciones experimentales realizadas en Chile por Agrobiofrut permitieron obtener cosechas de trufa negra en campo bajo árboles de cinco años. Estos resultados son muy promisorios, ya que en las plantaciones europeas lo normal es obtener cosechas de trufa después de siete a diez años.

El período de cosecha se extiende entre junio y agosto, lo cual permitirá llegar con trufas frescas directamente a los mercados del Hemisferio Norte en verano.

Las proyecciones estiman que para 2015 la producción chilena de trufa llegará a una tonelada.

Ricardo Ramírez, Director de Agrobiotruf, explica que por el momento,  los volúmenes totales recolectados en el país son bajos, “pero debemos considerar que aún son las primeras superficies piloto que han comenzado a producir”. Añade que “lo importante es que hemos obtenido trufas en plantaciones que se encuentran bajo diversas condiciones de suelo y clima, lo que nos ha permitido tener conclusiones importantes sobre las mejores técnicas para producir en Chile”.

Las primeras trufas cosechadas están siendo comercializadas fresco directamente a restaurantes de primer nivel en Santiago.

“Nos estamos preparando para cuando dispongamos de mayores volúmenes” ­–asegura Ramírez– “por lo cual ya estamos negociando acuerdos con los principales compradores de trufa en Estados Unidos, Francia e Italia con el objetivo de exportar en contra temporada”.

Fuente: www.videlabs.com/portalf