Agregaron que desde hace años instalan sus puestos a orillas de diversos tramos de la carretera federal México-Tampico, donde se paran conductores de vehículos automotores y "cuando mucho nos llegan a comprar uno o dos bultos de naranjas y mandarinas", dijeron.

Al igual que Lorenzo Hernández Martínez y otros citricultores de comunidades como Atalco, Tehuetlán, El Suspiro e Ixcatlán, coincidieron en señalar que la venta de sus productos "apenas nos da lo suficiente para el alimento diario de nuestras familias".

Añadieron que sus huertos de cítricos están cargados de fruta, "pero los precios están muy bajos y son pocos los consumidores que llegan a comprar en nuestros improvisados puestos. Algunos se llevan cuando menos un costal de 50 pesos, pero la mayoría adquieren el producto por kilos, lo que nos deja poca ganancia", indicaron.

Luego de mencionar que la mayor parte de su producción se queda en sus huertos y se echa a perder, subrayaron que es costoso comercializar en grandes volúmenes, "porque tenemos que pagar trabajadores que recolecten el fruto, fletes para llevarlo a centros de acopio como el de San Felipe Orizatlán y, lo más lamentable, que nos pagan la tonelada a precios irrisorios".

Manifestaron que los más beneficiados con el trabajo de los productores de cítricos son quienes acaparan la producción y algunas personas que se dedican al coyotaje en el ámbito regional.

"Los canales de comercialización para naranjas y otros cítricos como mandarina, limón y toronja están vedados para quienes nos dedicamos al cultivo en nuestros huertos, pues sólo los que tienen recursos y contactos obtienen grandes ganancias, sin tener que laborar durante meses en los huertos", aseveraron.

Fuente: OEM