Chile: Sutil lanza sistema de servicios financieros para empresas agrícolas
A través de Coagra, Juan Sutil puso en marcha sus proyectos Ban-Coagra y Agroaval, para entregar soluciones económicas a los productores del sector.
Entregar soluciones financieras para los productores agrícolas es el nuevo proyecto que está comenzando Juan Sutil. Desde su holding Coagra, el empresario acaba de crear dos sistemas de servicios financieros: Ban-Coagra y Agroaval.
El modelo de negocios del primero contempla un área de factoring para financiar capital de trabajo, otra de leasing para la compra de activos físicos y una última dedicada a la asesoría económica, para que los agricultores puedan ordenar y proyectar inversiones al mediano y largo plazo. En tanto, Agroaval operará como una sociedad de garantías recíprocas, actuando como aval para que los pequeños y medianos productores puedan acceder con mayor facilidad a créditos bancarios.
"El agro no tiene operadores que entiendan claramente los flujos y los ciclos del sector, por eso nosotros tomamos la decisión de hacer este proyecto adecuándonos precisamente a los ciclos de flujo de caja que tienen los distintos productores", explicó Sutil.
Para dar el vamos, Coagra realizó un aumento de capital por US$ 5 millones, de los cuales US$ 3 millones están destinados para Agroaval. Este operará en primera instancia con un fondo de US$ 22 millones - aportado en un 90% por Corfo y un 10% por Coagra-, que se triplicará a US$ 65 millones, para luego sumar otros cuatro fondos en un plazo de cinco años. Sutil espera avalar colocaciones por US$ 300 millones, es decir sobre el 2,5% de los créditos del sector agrícola.
Ambos servicios ya se encuentran operativos y los próximos pasos, detalla el empresario agrícola, apuntan a reunirse con la mayor cantidad de productores para dar a conocer ambos instrumentos.
"En 2007 empezamos a trabajar en este proyecto, pero la crisis financiera nos detuvo. Este es un momento estratégico y por eso decidimos lanzarlo a principios de este año", afirma Sutil.
Fuente: El Mercurio