La lucha en el Hemisferio Sur contra el tipo de cambio
En 2010 el precio del dólar no benefició a productores ni exportadores. En el 2011 ¿podrán las intervenciones de los gobiernos y los programas de autoayuda llevar a un año más rentable?
El aumento en el valor de las monedas de los países productores de frutas del Hemisferio Sur durante 2010, maltrató a productores y exportadores, quienes vieron disminuir sus beneficios.
De cara al 2011, algunos gobiernos tomaron la decisión de bajar sus valores, pero aún no está claro si esta medida será efectiva.
Mientras tanto, hay por lo menos un país que ha tomado el asunto en sus propias manos.
El Banco Central de Chile anunció en enero la compra de US$12 mil millones para reducir su tasa de cambio en relación al dólar norteamericano, el cual llegó a estar cerca de los $465 pesos chilenos por dólar. El país sudamericano prefiere un tipo de cambio más cercano a los $500 pesos por dólar para las exportaciones.
Países como Brasil y Perú tomaron un enfoque diferente al aumentar los impuestos a las inversiones extranjeras y así desalentar la especulación monetaria.
Otros países exportadores del Hemisferio Sur, como Australia y Nueva Zelanda, han tomado otro enfoque y aún no han intervenido sus monedas para alterar el tipo de cambio. A fines de enero, el dólar australiano tenía un valor muy similar al norteamericano, mientras que la moneda neozelandesa llegó a los $80 centavos, cuando normalmente está alrededor de los $65 a $70 centavos.
Para calmar las fluctuaciones, el exportador de kiwis de Nueva Zelanda Zespri, posee un programa el cual, de acuerdo a su director financiero, Mervyn Dallas, está destinado a suavizar los altas y bajas, y que está dividido en dos partes: contratos a cierto valor para transacciones futuras con opciones. Luego si los términos son más favorables, esta opción no se utilizará.
Zespri no es inmune a las fluctuaciones, pero el efecto del dólar norteamericano “no será tan importante como si no tuviéramos ningún tipo de cobertura”, dijo Dallas.
Zespri acredita esta cobertura señalando que esta le entregó a los productores mayores retornos en 2009/10 que en la temporada anterior, indicando que los retornos, en promedio, habrían sido NZ$0.85 inferiores sin el programa.
“Al igual que todos los negocios, estamos afectados por los altos y bajos de la moneda”, indicó Dallas. “Tratamos de no elegir altos y bajos. Pero cuando el dólar norteamericano esté fuerte, podríamos no obtener el beneficio completo”.
Dos economistas del Hemisferio Sur coinciden en que la intervención cambiaria no ayudará en mucho a los exportadores de fruta, pero tienen distintas visiones sobre qué es lo que los funcionarios de la industria y el gobierno deben hacer.
Flavio Meneses, director de la Escuela de Economía de la Universidad de Queensland en Australia, señaló que tratar de manipular el tipo de cambio no tiene mucho sentido, que es limitado y que puede podría tener consecuencias negativas.
“Hay mucho de que hablar, pero en la práctica la habilidad de influir en el tipo de cambio es bastante limitada. En el mejor de los casos tiene un efecto pequeño y temporal”, señaló Meneses.
Agregó que a los productores y exportadores de fruta les iría mejor concentrándose en remover las berreras existentes, como los requisitos de cuarentena para algunos cultivos, campañas de promoción y de cobertura. Además indicó que Latino América, Australia y Nueva Zelanda tiene perspectivas distintas respecto al rol del gobierno.
"En Australia, EE.UU. la gente no espere por el gobierno”, dijo Menezes, originario de Brasil. "La gente en América del Sur tiene la expectativa de que el gobierno debe…..resolver el problema. Pero la sociedad tiene que ayudarse a sí misma”.
Francisco Arroyo, profesor de economía en la Universidad de Chile en Santiago y director del Centro de Innovación para el Desarrollo, indicó que el plan de Chile de comprar dólares es de poca ayuda y que no tiene valor para el largo plazo, y que de hecho puede dañar a Chile en el futuro, en forma de inflación, en pérdida de puestos de trabajo y en gastos de bienestar social.
Agregó que si esa era la señal que las autoridades les estaban dando a los exportadores, entonces ellos entenderán que están solos.
Arroyo aboga por un esquema de seguros respaldados por el gobierno que protegerían a los productores y exportadores de las grandes fluctuaciones del tipo de cambio y así preservar la industria de la fruta, una que de acuerdo al profesor proporciona 500 mil puestos de trabajo.
Fuente: www.videlabs.com/portalf