Ajeno a la polémica en que se ha visto envuelta los últimos días, la intendenta Jacqueline Van Rysselberghe señaló que espera poder llamar a licitación para el inicio de las obras del Embalse Punilla este año, a pesar de “algunas oposiciones aisladas al proyecto”. Señaló que el embalse apunta a solucionar el problema de falta de agua que tiene Ñuble: “Y creemos esas y otras  iniciativas que muchas veces provienen de los mismos agricultores, hay que apoyarlas,  porque (la agricultura) además de ser una actividad muy noble, genera mucha mano de obra”.

Otra preocupación especial de la representante del Presidente Piñera en Ñuble, que se dio a conocer en la oportunidad, es la comercialización de los productos agrícolas y en este tema ha encomendado a su seremi de Agricultura, José Manuel Rebolledo, que profundice lo que se está haciendo en lo que se denomina “encadenamientos productivos” de pequeños agricultores con la industria y existe otro proyecto de gran envergadura que se esta madurando, consistente en un moderno terminal hortofrutícola en Concepción, donde los productores tengan un papel más protagónico.

Por su parte el secretario regional ministerial, señaló que ya a casi un año de su nombramiento, y tras recorrer la región agrícola por completo, ha terminado el diagnóstico que le ha encomendado el Gobierno y entre las necesidades mínimas estructurales de la VIII Región está claro que un problema mayor es el riego y por ello: “Estamos trabajando fuerte para poder incorporar 70 mil hectáreas de riego seguro en la Región del cual 85 a 90% es lo que aporta el Embalse La Punilla. También está el embalse Lonquén y otras obras.

Margarita Letelier, presidenta de la Junta de Vigilancia del Rio Ñuble (cauce que será alimentado por el futuro Embalse Lonquén) manifestó que el problema del agua en la zona está recrudeciendo y que en las montañas de la zona, que no son tan altas como en otras regiones de Chile, se acumula muy poca nieve. La zona de riego del norte de la provincia a principios de verano se ve colapsada con la violenta baja del caudal del río. Cuando hay lluvias significativas en tanto, el agua sigue su curso al mar aprovechándose en un mínimo.

Esta circunstancia que ha impulsado a los agricultores de esa zona a aferrarse al Embalse La Punilla, como una carta de desarrollo económico y de generación de mano de obra, lo que se suma ahora, comenta Margarita Letelier, a la complicada situación energética del país y como el proyecto contempla la generación eléctrica (entre 90 y 100 MW) la obra por su impacto se ha convertido en prioritaria.

La dirigenta que es agricultora y productora de lácteos, señala que este año nuevamente el recurso hídrico fue escaso y que si bien los 3 milímetros y fracción de lluvia que cayeron en la última precipitación, son una ayuda para la agricultura, los cultivos de arroz, maíz y remolacha, que son los principales de riego en la zona (ya que pocos se atreven con frutales u otros cultivos que requieren de agua en forma permanente), no van a dar ni están dando los rindes que se esperan por la escasez hídrica.

El proyecto La Punilla contempla aumentar de las 44 mil hectáreas de riego con baja seguridad que existe hoy a 66 mil con seguridad de riego de 85% (que es el estandar que permite ejecuciones de proyectos de riego de largo plazo, como frutales).

Fuente: La Discusión