Latinoamérica frente a la Ley de Modernización de Inocuidad Alimentaria de EE.UU
El pasado 4 de enero Barack Obama firmó el nuevo estatuto legal que que impone nuevos desafíos. La industria de alimentos debe estar preparada e informada porque en ese mercado todos los ojos estarán puestos en la inocuidad alimentaria.
El pasado 4 de enero el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó la Food Safety Modernization Act (FSMA, o Ley para la Modernización de la Inocuidad Alimentaria) que será aplicada tanto a los alimentos domésticos como a los importados.
Uno de los cambios más llamativos que presentará este nuevo escenario, es que se otorga amplia autoridad a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), para asegurar que la industria esté cumpliendo con las normas y se pueda reaccionar ante emergencias de productos contaminados o enfermedades asociadas.
Según documentos del propio organismo, el énfasis de esta nueva reglamentación está puesto en la prevención. En Estados Unidos cada año hay 48.000.000 de enfermedades transmitidas por alimentos (ETAs), 128.000 hospitalizados y 3.000 muertes relacionadas a esta causa.
¿Los productores de frutas deberían estar preocupados por esta nueva legislación?
Alejandro Buvinic, jefe del Departamento Económico de la Embajada de Chile en EE.UU. sostiene: “Esta nueva normativa les va a afectar. Ahora, cuánto será el efecto, dependerá del desarrollo de la normativa. Para lo cual, hay que trabajar arduo y de manera coordinada en evitar que las nuevas regulaciones se transformen en medidas restrictivas del comercio internacional”.
Sobre los productores de fruta chilenos añade que “tienen una amplia experiencia exportando al mercado americano, el cual se caracteriza por ser un mercado exigente en cuanto a calidad, precio y etiquetado”.
Chile es el principal exportador de berries y uvas frescas a Estados Unidos y según dice, “cumple con todos los requisitos fitosanitarios que establece el Servicio de Inspección de Animales y Plantas de EE.UU (APHIS) para productos frescos, los cuales son inspeccionados generalmente en los puntos o puertos de entrada”.
“Hay mucha ignorancia del tema”
Johanna Trombert, Gerente de Aseguramiento de Calidad y Food Safety de la exportadora chilena Hortifrut, opina que “hay ignorancia en el tema”.
“Nosotros en Hortifrut siempre estamos preparados, pero creo que los que no lo están, deben preocuparse”. Advierte por ejemplo, que negarse a una inspección es una causal suficiente para impedir el ingreso de un producto al mercado del norte.
La principal preocupación del FDA es la contaminación microbiológica y los pesticidas. “Son inspecciones de dos días, de mucha exigencia”, explica la ejecutiva.
Afirma que si se detecta alguna anomalía, el resultado es que la fruta deberá eliminarse o reexportarse. Y esto resulta particularmente relevante ya que laboratorios, supermercados o cualquier instalación que se arriende o preste servicios para la mantención de la fruta, tienen la obligación legal de informar si se detecta algún incumplimiento a las normas.
Asimismo, la Ley intensifica el muestreo. En este caso, la agrónoma manifiesta su inquietud porque el período de la fruta en “hold” mientras es muestreada y en espera de resultados, “no sea tan largo que afecte su condición”.
Lo que se viene
Alejandro Buvinic precisa que si bien la Ley entró en vigencia el 4 de enero pasado, hay plazo hasta el 2015 para su implementación. “La mayor parte de las nuevas facultades que se le otorgan al FDA para inspección y fiscalización del cumplimiento de las nuevas normas, así como las normas mismas deben ser establecidas a través de reglamentos que aún están en etapa de elaboración”.
Añade que “se están llevando a cabo audiencias públicas para discutir con los actores relevantes el alcance y efecto, así como recopilar información respecto de las regulaciones de terceros países sobre sus sistemas, prácticas y programas para asegurar la inocuidad alimentaria”.
En ese contexto, Welber Barral ex secretario de Comercio Exterior de Brasil, insta a a revisar las prácticas industriales y a “la vigilancia activa de los reglamentos administrativos que serán promulgados por el Departamento de Salud de Estados Unidos a lo largo de este año”.
Sostiene que “el nivel de exigencia tendrá variaciones segun el producto, y sobre todo según las normas específicas que serán aprobadas por el Departamento de Salud.. Por eso, es tan importante para los productores latinoamericanos, acompañar las propuestas de reglamentos en los próximos meses”.
Buvinic asevera sobre la situación chilena, que “en la medida que nuestros exportadores se encuentren bien informados y se ajusten a los nuevos estándares tendremos una ventaja respecto de aquellos países que posean sistemas más laxos en materia de seguridad alimentaria”.
¿Barrera no arancelaria?
Para Barral y Buvinic, estas normas de seguridad alimentaria podrían funcionar como barreras no arancelarias.
El experto brasileño dice: “Más draconianas que los aranceles, las normas sanitarias pueden implicar una prohibición total de importación, además de costos adicionales para los exportadores”.
Según explica, este nuevo cuerpo legal “sigue la tendencia de ese país en crecer las exigencias para la protección de los consumidores y también para elevar el nivel de seguridad con respecto a los alimentos importados. En este sentido, ya la Ley de Bioterrorismo (2002) había introducido reglas de registros adicionales para la importación de alimentos”.
Mariano Winograd, Presidente de 5 al Día Argentina, sostiene: “Creo que el mundo debe avanzar hacia el intercambio y la integración y no hacia el aislamiento y la desconexión”. En una aproximación política al tema, cita a uno de los asesores del propio Presidente Obama, el abogado Cass Sunstein, quien escribió el libro “Leyes del Miedo”, “contra la aplicación extrema del principio precautorio que es el concepto jurídico - político que justifica estas decisiones”.
Una visión distinta tiene Miguel Ángel Giacinti, Consultor Senior, quien afirma que en Argentina la Ley “no se concibe como una barrera de ingreso al mercado, y no se observa por ahora, como limitante”.
Durante 2010 el experto realizó un estudio sobre la trazabilidad en frutas del hemisferio sur, Argentina, Chile y Sudáfrica, así como un análisis de las debilidades y fortalezas de los países ante las exigencias de los mercados importadores, como Estados Unidos. “Me parece que sólo aquel que piense que no tiene un adecuado sistema de trazabilidad, puede pensar en una barrera al comercio”, sentencia en virtud de los resultados de su investigación.
No obstante, añade que “existen numerosas normas de calidad, que sí constituyen un problema porque compiten entre ellas y encarecen el sistema de trazabilidad, y por lo tanto, estandarizarlas me parece que es el camino a seguir. En esto, los gobiernos de los países productores e importadores tienen mucho para participar”.
Fuente: www.videlabs.com/portalf