Chile: Fuga de trabajadores pone en jaque a la agricultura
Pese a que la ocupación en la agricultura registró crecimiento en la temporada estival, se ha visto menos dinamismo que en la época de invierno. La encuesta de empleo del trimestre diciembre-febrero registró una cifra de de 829 mil personas ocupadas en el sector agrícola, con una creación de 68.330 nuevas ocupaciones. "Sin embargo, esta cantidad es inferior a la generación de empleos que mostró la misma encuesta en los meses de invierno, que estuvo en torno a los 75.000 nuevos puestos", sostiene la gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ema Budinich.
Uno de los factores que explican el estancamiento en las contrataciones del sector agrícola, y que genera mayor preocupación en el gremio, es "la pérdida de dinamismo en la actividad productiva de los sectores transables, a raíz de la pérdida de competitividad. En el caso de la agricultura, el creciente costo de mano de obra está induciendo a una mayor mecanización de las labores agrícolas y a la reconversión hacia cultivos menos demandantes de personal", explica Budinich.
Así, se configura un complejo panorama para el sector, donde en el caso del sector frutícola, se habla de "hasta un 30% menos que en el año anterior de gente trabajando en los campos, incluso en los packings no hemos tenido gente suficiente para completar los turnos. Eso, sumado a un aumento del costo de la mano de obra de entre 25% y 30%", comenta el presidente de Fedefruta, Antonio Walker.
Migración y Terremoto
La menor disponibilidad de trabajadores en los campos se explica, según los propios productores, por el desplazamiento de las personas a las ciudades y, consecuentemente, hacia otras actividades productivas, junto al "efecto terremoto", que generó más plazas de trabajo en el sector construcción. Contrario a lo que podría pensarse, las personas no migran del campo buscando mejor remuneración, pues "un trabajador de cosecha gana dos o tres veces más que quien se va a la ciudad, obteniendo entre $12 mil y $18 mil diarios. Esto, sumado a cerca de un 56% de costo adicional para la empresa por concepto de vacaciones proporcionales, alimentación, AFP, etc.", afirma Walker.
Pero los trabajadores no sólo miran el salario, hoy día buscan también la estabilidad laboral y las facilidades que tienen por el sólo hecho de vivir en una zona urbana. Además, por ahora, "la gente de la costa no se mueve, porque hay mucho trabajo de reconstrucción", dice el gerente de Frutícola Viconto, José Guilisasti. Lo mismo ocurre con las personas del sur, según el presidente de la Asociación de Exportadores (Asoex), Ronald Bown, quien agrega que ese efecto –provocado por la necesidad de reconstruir– debiera verse disipado el próximo ejercicio.
Mecanización
Para los productores la situación es crítica, por lo que no se han quedado de brazos cruzados viendo cómo se pierde la competitividad. Al contrario, conscientes de que el tipo de cambio actual no repuntará en el corto plazo, están automatizando, sustituyendo –donde es factible– la mano de obra, cuya escasez provocó que en la temporada "no se pudo cosechar la mitad de las cerezas en Chile Chico", afirma Ronald Bown, titular de Asoex.
Así las cosas, se están mecanizando las cosechas de productos como nueces, almendras, uva vinífera, manzanas, tomates, papas, entre otros. La situación es grave para quienes no pueden mecanizar, pero para otros la automatización es sinónimo de ahorro y eficiencia.
Es lo que ha hecho el dueño del holding Coagra, Juan Sutil, que explica que "teníamos una faena de ciruelas donde contratábamos a 300 personas y hoy día la hemos sustituido por dos máquinas y cinco personas en operación". En ese contexto, el empresario agrega que hay menos complicaciones, menos gastos y mayores rendimientos. "El hecho de incorporar maquinaria disminuye los costos a la mitad, en el caso de las almendras y uva; y en ciruelas y nueces, los baja en un 40%", sostiene Sutil.
Precisamente, en ese sentido han estado moviéndose las inversiones, "hacia las áreas de mecanización e incremento de la productividad, lo cual se concentra en las empresas grandes", afirma Bown, quien agrega que –por ahora– no se invierte en plantaciones con gran entusiasmo.
Mientras tanto, productores y Gobierno, se concentran en dignificar el trabajo en el campo, mejorando las condiciones laborales. "Tenemos que reconvertir a huertos más modernos, más bajos y amigables, de dos metros de altura, para que las personas no tengan que subir a una escalera. Para eso, necesitamos créditos, ojalá a 20 años, pero la banca sólo está dando créditos cortos y sin años de gracia", comenta el timonel de Fedefruta, Antonio Walker.
Fuente: Estrategia