Siguiendo los pasos de Brasil, el gobierno uruguayo impulsa una serie de medidas para frenar la caída del dólar, que se encuentra en su nivel más bajo de la última década.

La apreciación del peso uruguayo frente a la moneda norteamericana tiene más de una explicación, como la tendencia internacional y regional, y el ingreso masivo de dólares por la llegada de inversiones extranjeras y el récord de las exportaciones. El panorama, además, se complicó a partir una aceleración de la inflación, que se convirtió en la principal preocupación del equipo económico.

El equipo económico fijó para este año una meta de inflación con un rango del 4 al 6%, pero los precios vienen aumentando desde diciembre a un ritmo superior, lo que se acentuó en las últimas semanas.

El presidente José Mujica declaró públicamente la batalla contra la inflación y admitió que su administración está dispuesta a tomar las medidas necesarias, por más duras que sean. Procuró transmitir confianza con una frase expresada con convicción y seguridad: "No se aflijan, que la vamos a sujetar. Yo garantizo que a la inflación la vamos a sujetar".

El paquete para frenar el repunte de los precios incluye medidas tradicionales en materia monetaria y fiscal, y otras heterodoxas, como los acuerdos políticos.

Entre las medidas que ya están en vigencia figura la suba de la tasa de política monetaria (TPM) que dispuso el Banco Central hace quince días y que repercutió -como era previsible- en una baja considerable de la cotización del dólar en pesos uruguayos.

La cotización cambiaria estaba a inicios de 2009 en 24,5 pesos uruguayos, y a partir de ese momento el dólar fue perdiendo terreno. Hace un poco menos de un año, las autoridades uruguayas habían reaccionado con el anuncio de una estrategia de compras de dólares por parte de los bancos estatales, que logró frenar la caída, aunque sin llegar al objetivo oficial de alcanzar una cotización de entre 21 y 22 pesos. La baja, además, se profundizó en el último mes con una tendencia que lo lleva hacia los 18 pesos.

En los últimos días, el Banco Central intervino en el mercado cambiario con fuertes compras y pagó incluso un precio un poco más alto que el de plaza, para presionar a la suba.

Inflación

En su intervención, el Banco Central uruguayo contó con la ayuda del también estatal Banco República, aunque la acción conjunta sólo sirvió para acompañar la baja de la divisa norteamericana y evitar mayores distorsiones de volatilidad.

Medidos en pesos locales, los precios aumentaron el 0,53% en diciembre; el 1,25%, en enero; el 0,94%, en febrero, y el 1,42%, en marzo. Este mes, todavía no hay datos preliminares, pero se calcula que la inflación en dólares del primer cuatrimestre se ubicará en el orden del 10%, como producto de la combinación de los aumentos de precios y la revaluación del peso uruguayo.

Además de las medidas monetarias, el gobierno anunció otras medidas de tipo fiscal, como la postergación de una anunciada rebaja tributaria y la aplicación de un criterio de mayor prudencia en materia fiscal. También se informó que procurará un acuerdo con productores y comerciantes para contribuir a rebajas pactadas de precios para amortiguar el repunte del índice de precios al consumidor.

Las consultoras privadas proyectan para todo 2011 una inflación en alza -con una suba acumulada de entre el 9 y el 10%- y un dólar un poco más bajo.

Fuente: La Nación