Opinión: La dependencia del mercado de frutas al variable clima del Hemisferio Sur

Destacados Widget
Opinión: La dependencia del mercado de frutas al variable clima del Hemisferio Sur

Por Juanita Gaglio, Berry Board y Co-fundadora de Digit Scans 

Mientras el comercio internacional de frutas y hortalizas se expande, los consumidores se están beneficiando de una mayor variedad de productos donde escoger durante todo el año debido al aumento del comercio entre los Hemisferios Norte y Sur.

Entre los sectores de la agricultura, el comercio de frutas y verduras se ha expandido a un ritmo mayor que otros comodities agrícolas, de acuerdo a estadísticas del Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) de 1980 a 2004.

Los cultivos del Hemisferio Sur están expuestos a un clima más suave que el del Hemisferio Norte debido al patrón de las corrientes de aire, menos contaminación y el ángulo del sol en cuanto a la duración del día requerido para la cosecha. Patrones geográficos juegan un papel clave en la variedad de microclimas que van desde semiárido a mediterráneo es estos países. Por ejemplo, Chile tiene cinco diferentes regiones de crecimiento que conduce a una amplia gama de exportaciones agrícolas desde la uva a las aves, pesca y madera.

Mientras que Chile lidera estos países como el principal exportador de la región con alrededor del 35% del total de las exportaciones de fruta fresca, Sudáfrica representa casi una quinta parte de la cuota del mercado con un enfoque en Europa. Nueva Zelanda y Argentina en conjunto representan casi otro tercio.

El USDA establece que las principales importaciones son la banana, seguida por los jugos con el jugo de naranja – principalmente de Brasil – que representan el 70% del comercio y el jugo de manzana en segundo lugar con un 11%. Entre 1999 y 2011, cerca del 60% de las importaciones de fruta fresca del NAFTA llegaron desde el Hemisferio Sur, mientras que el 45% de las importaciones de jugo de frutas procedían de la región.

Más “abajo”, los principales jugadores del Hemisferio Sur Nueva Zelanda y Australia exportan manzanas Jazz y Pink Lady, así como kiwis y cítricos principalmente a los mercados de la Unión Europea (UE) y América del Norte. De acuerdo al Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Nueva Zelanda, los ingresos anuales de exportación para la industria de la manzana están en el rango de US$295.8 a US$338 millones. Mientras tanto, el Estado australiano de Victoria es un jugador importante en el mercado de las naranjas Navel de EE.UU.

Teniendo en cuenta el valor lucrativo de los mercados del Hemisferio Norte, los países del Hemisferio Sur han llegado a depender del crecimiento del mercado de exportación. Del mismo modo, los consumidores del Hemisferio Norte se han acostumbrado a servir cerezas durante Navidad y consumir naranjas y manzanas frescas en los meses de verano. Los retails  y las compañías relacionadas a la agricultura también se benefician diseñando estrategias globales para abastecer con productos que optimicen sus costos y los mantenga competitivos.

Entonces, todas las variables están ahí para llevar estos productos al mercado, los tipos de cambio también juegan un papel importante, pero hay un factor incontrolable muy importante: las condiciones climáticas extremas.

Cómo las condiciones climáticas influencian el lado de la oferta 

Entre los diversos factores que afectan a la producción, como la oferta de suelo adecuado y la infraestructura, el factor más crítico es el clima. Algunos cultivos pueden ser almacenados, mientras que otros tienen una vida útil limitada para el consumo y procesamiento poco después de la cosecha. Cultivos como las uvas y las manzanas se pueden enviar a otros mercados en un ambiente controlado de temperatura.

Durante los últimos años, los desastres naturales y las condiciones climáticas extremas no han sido amables con la producción de cultivos en los países del Hemisferio Sur. Más de dos tercios de los terremotos de mayor magnitud se producen en la costa oeste de Sudamérica. En Febrero de 2010 un terremoto de magnitud 8.8 sacudió Chile, el cual cortó las principales rutas de abastecimiento y que algunas frutas cayeran de los árboles y en última instancia, demoras en los envíos de uva a los mercados de exportación.

En agosto de 2007, un fuerte sismo de 8.0 afectó a las ciudades peruanas de Pisco, Ica y Chincha Alta en la región agrícola de Ica. Esta es una importante región de cultivo de uva para Pisco asi como una ciudad portuaria. Dos años antes, en septiembre de 2005, un terremoto de 7.0 golpeó la zona pero este no tuvo un impacto a las regiones agrícolas.

Teniendo en cuenta las fluctuaciones del cambio climático, durante los últimos meses se han producido daños en las cosechas debido a cambios en los patrones de lluvia, inundaciones, nevadas y heladas. Este año una inesperada ola de frío y nevadas afectaron a variedades de tomates y pimientos en el Desierto de Atacama en Chile, conocido como el lugar más seco de la tierra, que se extiende desde la frontera con Perú hasta el norte de Chile.

Las bajas temperaturas de julio en Santiago, Chile hicieron que fuera el julio más frío desde 1908 de acuerdo a la Universidad de Chile. La helada afectó a los cultivos de palta y cítricos. En diciembre de 2010, la lluvia y el granizo dañaron hasta un 10% de la cosecha de arándanos en las regiones productoras del norte de Chile.

Por el contrario, otro país del Hemisferio Sur, Sudáfrica, experimentó una sequía durante 2010 que afectó a las regiones productoras de cítricos de Eastern Cape. La falta de agua afectó el rendimiento y tamaño de la fruta. Esta región depende en gran medida de los ingresos por exportación de cítricos.

Un informe del estado del medio ambiente emitido por el Gobierno de Australia señala que los agricultores australianos han sufrido problemas de sequía importante durante la última década, junto con los incendios forestales. De acuerdo a los registros de seguros de cosecha de Australia, la mayor cantidad de reclamos de seguros debido a daños por granizos vino de New South Wales, siendo las mesetas del norte las más propensas al granizo.

Los fuertes vientos también pueden tener un impacto financiero importante en la pérdida de cultivos. En febrero de 2008 una tormenta al sur este de Queensland, con vientos de 150 mph, arrancó árboles cercas y arrasó con los cultivos de lechuga.

Como nos hemos acostumbrado a frutas y hortalizas de fuera de temporada en nuestros supermercados, el clima extremo afecta a toda la cadena de suministro desde disminuyendo los volúmenes de exportación hasta el aumento de los precios de consumo.

El cambio climático tendrá un impacto significativo en los rendimientos de los cultivos. Un aumento de las temperaturas acortará los ciclos de los cultivos disminuyendo el rendimiento de estos. Un aumento de las precipitaciones podría llevar a un aumento de la erosión.

El desafío para los productores del Hemisferio Sur será desarrollar cultivos más resistentes y mejores modelos de predicción. Si el tiempo lo permite, las frutas y hortalizas pueden seguir desempeñando un papel importante en estas economías de exportación.

www.portalfruticola.com

Suscríbete a nuestro Newsletter