La continua queja de los empresarios por la falta de cosechadores empezó a generar que el sector pasero busque nuevos horizontes y se plantee seriamente la mecanización de la cosecha. Para ello, 4 empresarios que nuclean el 35% de la producción sanjuanina que va al exterior, viajaron hace 15 días a California (EEUU) para interiorizarse de un novedoso sistema en donde la uva se deja secar en el mismo parral y se recoge con una máquina que utiliza la vibración para desprenderlos (ver infografía), dejando de lado los tradicionales ‘secaderos’. Además aseguran que con esto se reduce el manipuleo de la fruta mejorando así la calidad final, lo que se traduce en mejores precios.

La aplicación -dicen- se haría en un ‘mediano plazo’’, pero aseguran que es ‘inevitable’’ que en un futuro cercano se apliquen estos sistemas, porque de lo contrario perderían competitividad. San Juan es el principal productor de pasas de uva del país, concentrando el 94% de la producción.

‘Fue una misión técnica para ver lo que hacen los líderes. Los distintos sistemas de conducción que ellos han desarrollado a lo largo de los años para la cosecha y el secado en el mismo parral son fantásticos. Ellos hacen casi toda la cosecha mecánica con algunas variedades. Hay que hacer ensayos aquí y ver si la estructura se puede adecuar, porque tienen diferentes tipos de máquinas’’, explicó Carlos Huertas de la firma Frutandina, que fue parte de la comitiva sanjuanina, que tuvo el apoyo financiero de la Agencia de Desarrollo de Inversiones.

La ecuación de este grupo de empresarios apunta a poder adquirir una máquina de este tipo entre las 4 firmas involucradas -Moya, Alves y Almeyda, Agroexport y Frutandina-, para que así la inversión sea amortizada en el menor tiempo posible. No precisaron cuanto es el costo de la cosechadora, pero dicen que en 2 años la inversión estaría justificada.

‘Si nosotros no buscamos alguna alternativa, sería caer en una falta de competitividad tremenda’’, se sinceró Héctor Alós, de la empresa Agroexport. Y agregó, ‘año tras año el problema es más difícil, con el agravante que los sistemas impositivos y laborales en nada ayudan para una cosecha que debe hacerse en un tiempo muy perentorio’’.

CÓMO ES EL SISTEMA

Queda claro que cualquier nuevo sistema por más que se aplique en una zona -Fresno, California- muy similar en características climáticas a San Juan, no necesariamente se puede traer una máquina y ponerla directamente a trabajar en campo. Según explicó Alós, para poner en marcha este sistema mecanizado hay que trabajar desde la misma poda, donde básicamente consiste en concentrar la uva en una sola melga, es decir, efectuando la poda de una cepa como de la otra conduciendo todo el fruto a una sola melga. Una vez que la uva tiene el grado suficiente, se cortan los sarmientos como si se estuviera ‘pitoneando’ una cepa -detalló- y esto hace que la uva que está colgada se seque en el mismo parral, quedando en la sombra. Esto requiere un tiempo superior en el parral para secar que el plazo que habitualmente se seca las uva sobre las piedras, que es de entre 14 y 15 días.

LOS POSIBLES PROBLEMAS

El tiempo que pasa la uva secándose en el parral puede acarrear algunos problemas, porque en el caso de San Juan eso ocurriría en momentos -entre finales de enero y marzo- donde suceden tradicionalmente fuertes precipitaciones y vientos; y que por tratarse de un racimo deshidratado -débil- puede quedar en el piso. ‘Esto es experimental, por eso hay que ver el comportamiento. Un temporal puede de un día para otro volar todo lo que está en el parral’’, dijo Alós.

Fuente: Diario de Cuyo