La polución ambiental con cenizas volcánicas trajo otros inconvenientes a la producción regional. Uno de ellos es la mortandad de abejas, tan necesarias en esta época del año para la polinización de frutales en los valles irrigados.

El inconveniente derivó en un pedido desde el gobierno rionegrino ante el nacional, solicitando asistencia a los productores avícolas.

La mortandad de abejas comenzó a evidenciarse en colmenas instaladas en el Alto Valle, tanto aquellas “autóctonas” como otras que son traídas desde diferentes regiones del país y que se alquilan a productores frutícolas justamente para cumplir con la tarea de polinización.

Esa acción polinizadora es clave para la formación del futuro fruto, por lo que técnicos de empresas y de organismos particulares se encuentran evaluando la situación. Como primera estimación, se observaría una suerte de raleo natural con menor número de frutos por planta, y es de aventurar un menor volumen al momento de la cosecha. Así y todo siguen las evaluaciones teniendo en cuenta el estado fenológico de algunas variedades, con estadío de caída de petalos en estos días entre las más tardías.

La producción apícola regional se ha visto afectada sensiblemente, y así lo han hecho saber técnicos y productores del sector que viven en la región. En algunos casos, colmenas que tienen la mitad de la población considerada habitual, lo que deriva en otros efectos. Por caso, una menor producción de miel, principal insumo para la venta derivada de la apicultura.

En esta situación, el ministro de Producción de Rio Negro, Daniel Lavayen solicitó formalmente al secretario de la Comisión Nacional de Emergencias y Desastres Agropecuarios, Haroldo Lebed una asistencia para los productores apícolas  afectados por las cenizas. 

Según los datos aportados desde el organismo, se registra un daño del orden del 54% en lo referido a mortandad de abejas. Frente a esto es que solicitaron subsidios a los productores, en primera medida para repoblacimiento de colmenas, estimándose pérdidas por más de 10 millones de pesos.

Otro efecto de la caída de cenizas, esta vez afectando a la apicultura, e indirectamente a la principal actividad económica de la región, como es la producción frutícola.

Fuente: Roca Digital