Al grupo de pequeñas frutas que incluye a la frambuesa, zarzamora y el arándano azul, se les conoce como berries (por su nombre en inglés). Hasta hace pocos años, eran casi desconocidas en muchas de las mesas mexicanas. A este grupo frutal pertenecen también la fresa y el arándano común, entre otros.

En México, durante los últimos 10 años se desarrolló el cultivo de los berries, principalmente debido a la iniciativa de algunos técnicos y empresas nacionales y extranjeras que encontraron condiciones climáticas favorables y desarrollaron tecnologías de producción que permiten cosechar cuando otras regiones del mundo no lo hacen. Esto es, aprovechando importantes ventanas de comercialización.

La zarzamora, cuya producción se concentra en Michoacán, ha logrado volúmenes de producción importantes, obteniéndose en el 2010 una producción de 61,600 toneladas en 8,200 hectáreas de cultivo, con lo que nuestro país es hoy en día el principal exportador mundial de la fruta. El cultivo de frambuesa y arándano azul aún es limitado, pero se está incrementando su volumen producido y exportado de manera interesante, especialmente en el estado de Jalisco.

De acuerdo con información de la Sagarpa el valor total de la producción de estas berries fue de $2,112 millones de pesos en ese año.

Las principales razones que hacen atractivas a las berries son:

a) La posibilidad de producir para mercado en fresco en periodos de buen precio.

b) La alta rentabilidad.

c) La rápida recuperación de la inversión.

d) Una creciente demanda internacional.

Esto es cierto a pesar de que los costos de establecimiento son relativamente altos, situación que constituye una de las principales barreras para entrar al negocio. Así, si bien es necesaria una inversión no menor en plantaciones, sistemas presurizados de riego, macrotúnel de plástico y mantenimiento; las utilidades por hectárea que se obtienen son muy atractivas. En particular, se puede hablar de rendimientos que fluctúan en un rango de entre 80,000 y 300,000 pesos por hectárea, dependiendo del nivel tecnológico aplicado.

Los productores interesados en invertir en estos frutales deben tener en cuenta que son cultivos de cierta especialización, por lo que la capacitación y asesoría técnica son primordiales, así como asegurar su venta mediante convenios de comercialización con alguna de las empresas exportadoras establecidas en el país.

Fuente: El Economista