Argentina: La cosecha de ciruela cayó 70% y obliga a buscar fruta en Chile

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Argentina: La cosecha de ciruela cayó 70% y obliga a buscar fruta en Chile

Como ya ocurre con la uva, el sector ciruelero se enfrenta a un ciclo complicado, ya que la producción, que había alcanzado los 180 millones de kilos en 2011, se redujo a casi 1/4 parte (50 millones). Indudablemente, la falta de materia prima ya se siente en los secaderos: de los 30 millones elaborados de la variedad D'Agen hace un año, en esta temporada se espera no contar con más de 5 millones.

Los compromisos por cumplir en el exterior obliga a los exportadores a buscar ciruela fuera de Mendoza.

Específicamente en Chile, que vive un panorama diametralmente opuesto y donde hay fruta en abundancia: de acuerdo a información del sector, incluso un par de plantas empiezan a trasladar su infraestructura más allá de Los Andes, para sortear las trabas a la importación impuestas en el país y achicar el costo en fletes.

La situación deja abierto varios interrogantes en el frente interno, sobre todo en cuanto a la estabilidad de las fuentes de trabajo. Es que el sector, en época de procesamiento, emplea a unos 700 trabajadores que rozan los 2 mil con la etapa de secado, y actualmente la pérdida de rentabilidad los pone en riesgo.

"El faltante de ciruela en fresco está complicando a la industria", remarca Rubén Cano, de FrutCan SA y miembro del Comité de Exportadores de Ciruela, que agrupa a unas 14 empresas de la provincia. Para el empresario, "habiendo una cosecha tan escasa, prácticamente no habría diferencias entre el precio de la ciruela chilena y la local".

Tal es la preocupación que incluso entre los productores hay quienes justifican la estrategia. Para el sanrafaelino Héctor Carloni, que sufrió una merma importante en su finca, "resulta lógico que se busque en Chile si acá no pueden desarrollar la actividad y hay pedidos que atender".

Sin dar nombres, en el sector primario hablan de decisiones que van más allá, y llegan hasta la conformación de sociedades ocasionales con firmas chilenas para agilizar despachos por el puerto de Valparaíso.

En el país vecino, el rendimiento por hectárea multiplica por más de 10 a los 2 mil kilos de una finca mendocina, y hay una fuerte apuesta al futuro, con casi 10 mil hectáreas implantadas desde 2010.

Subsanada la urgencia de conseguir producto, el problema de fondo, admiten, es cómo competir con una industria chilena que tiene su puerto y costos comparativos menores. Y, como sucede en Argentina, con un mercado interno inexistente.

Alternativas y proteccionismo

El precio de la ciruela en Mendoza pasó de $ 0,60 a $ 1,20 o $ 1,30, según el calibre de la fruta, en el lapso de un año. Pero las estimaciones indican que lo que llega a bolsillo del productor es menos de un 30%. La cotización internacional de la caja de 10 kilos no supera los U$S 22, por cuanto la rentabilidad de la cadena es dispar.

"Nos cobran para salir y para entrar. Entre retenciones y aranceles de ingreso, tenemos más de un 35% de costo adicional", coinciden algunos consultados.

De ahí que la primera salida que ya se plantea al Gobierno es agilizar el recupero de IVA, pero sobre todo eliminar las retenciones, hoy del 5%. "Al sólo a efecto de poder trabajar normalmente, ni siquiera hablamos de recuperar rentabilidad", aclara Cano.

Con un sesgo de autocrítica, Carloni carga un poco las tintas en la responsabilidad del sector primario y el cuidado de las fincas. "Se olvidan que hay que producir para poder vender. A la vez, a muchos les gusta producir pero no pelear por el producto", analiza el productor, que integra la Asociación Mundial de Productores de Ciruela. Su caso ejemplifica el escenario: resignó un 30% de la cosecha 2011, y en la presente asegura haber rescatado "1/5 parte del año anterior".

Desde el Ejecutivo, el subsecretario de Programación Económica, Cristian Correa, anticipa que hay una gama de alternativas para echar mano a fin de descomprimir la situación. Pero subraya que, ante todo, la primera media será restringir el ingreso de ciruela chilena.

"Estamos analizando una medida de protección al menos hasta que se levante toda la ciruela y mientras no se seque todo lo previsto. Quizá sea útil para que el productor defienda su producto, aunque al industrial que deba cumplir sus compromisos no les resulte simpático. Se necesita un acuerdo sectorial a partir de una mesa de consenso para adoptar las herramientas adecuadas que protejan a unos y a otros", recalca.

Fuente: Los Andes

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