Opinión: Argentina: La agenda agropecuaria a consensuar

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Opinión: Argentina: La agenda agropecuaria a consensuar

Por Arturo Navarro, consultor agropecuario

El debate sobre cuáles deberían ser las políticas agropecuarias, 
para aprovechar en toda su dimensión la creciente demanda de
alimentos, esta semana se dio en la 126º Exposición Rural de
Palermo, organizada por la Sociedad Rural Argentina (SRA).

Entre las múltiples reuniones, me pareció muy constructiva la
convocada por los referentes en los temas agropecuarios de los
partidos políticos, que han tomado la decisión de aunar esfuerzos
para consensuar una propuesta sectorial unificada para aumentar la producción.

Entre ellos estuvieron Andrés Domínguez, de la CC, Guillermo
Bernaudo de Unión por Todos, Leonardo Sarquis (Narváez) y José
Anchorena de PRO.

Las principales conclusiones que dejó son convocar a trabajar 
a quiénes estén convencido que el país va a crecer y desarrollarse
en forma sosteniblemente: (1) con una economía abierta al mundo,
(2) con una nueva ley de coparticipación federal y una moderna
reforma impositiva y (3) con un Estado que cumpla con los roles
indelegables: entre otros subsidiar en forma directa el consumo de
los que menos tienen y apoyar a los pequeños productores que no
están en condiciones de competir libremente.

Sin embargo, los referentes de los partidos políticos, hasta
que se puedan implementar las medidas de fondo enunciadas, tienen
temas para aumentar la producción y exportación en el ciclo
2012/2013, frenar la inflación a través de una mayor oferta real
de bienes y empezar a cumplir con las metas del PEA (Plan
Estratégico Agroalimentario) en un trabajo en conjunto de todos
los sectores del país, en defensa de los que menos poseen.

Esta agenda mínima debe contener siete puntos:

1. Retrotraer las funciones que tenía la ex –ONCCA (Oficina
Nacional de Control Comercial Agropecuario) cuando se creó en el
año 1996, derogando todos los ROE (Registros Operaciones de
Exportación) que interfieren la libre comercialización y
exportación a la producción. Liberar todas las importaciones de
los insumos en forma automática para no limitar la capacidad de
producción del sector agropecuario.

2. Ejecutar una política transitoria, hasta que se eliminen
los derechos de exportación. Mientras las retenciones permanezcan
vigentes se utilizarán como pago a cuenta de impuestos nacionales
y provinciales.

3. Legislar un incentivo fiscal al mayor uso de fertilizantes
a fin de hacer sostenible el modelo productivo. El aumento de  la
productividad no es antagónico con una buena rotación de cultivos
y el cuidado del medio ambiente. No debemos seguir exportando los
nutrientes de nuestros suelos y no reponerlos por falta de
rentabilidad de los cultivos por causa de  los derechos de
exportación.

4. Sancionar  un nuevo proyecto de ley sobre el régimen federal
de usos de productos fitosanitarios, a fin de actualizarlo a las
demandas sobre la seguridad alimentaria y el cuidado del medio
ambiente.

5. Promover  políticas que aseguren el reintegro a la
propiedad intelectual de los semilleros. No se trata de acciones
de lobby en defensa de nadie sino de poner a nuestro país al mismo
nivel de la legislación del MERCOSUR y del mundo.

6.  Establecer una legislación cuyo objetivo sea cubrir los 
riesgos agrícolas y comerciales, que incentive el mayor uso del 
seguro privado y la creación de un fondo permanente anti
cíclico, para atender los fenómenos climáticos no previsibles.

7. Modificar la actual ley de Warrant vigente desde el año
1914, porque necesitamos abaratar la financiación  adaptando la
actual ley al nuevo y más moderno sistemas de producción,
comercialización, industrialización y exportación.

Los enunciados no son principios teóricos: son algunos
de los instrumentos que usaron los países más exitosos para 
los que hay el más alto nivel de vida para sus habitantes.
   Esto es lo que están alcanzando, por ejemplo, los miembros de
BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): simultáneo
desarrollo económico y alto nivel de integración social.
   Todos los debates ideológicos terminan cuando los que tienen
menos viven cada día mejor.
   Este fue el mandato –y no otro- que se recibió hace tres años
desde el fondo de los campos en los memorables días de la 125 y
hoy se mantiene  vigente si analizamos los reclamos de la mayoría
de los productores.

Por Arturo Navarro, consultor agropecuario

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