Ajíes, tomates, paltos y hasta brotes de parra destruyeron las bajas temperaturas que se registraron durante gran parte de julio, situación que se suma a la escasez hídrica que afecta a toda la región

A la crisis hídrica que vive el valle del Limarí, con una de las sequías más crudas de los últimos años y un 90% de déficit de precipitaciones se suma ahora que las bajas temperaturas han quemado cultivos de hortalizas y frutales, dejando millonarias pérdidas para los agricultores.

Las heladas han destruido siembras de ajíes, tomates, morrones, porotos, paltos y hasta algunos brotes de parras. Miguel Márquez, agricultor de la comunidad de Las Cardas, sector los Jofreces, perdió dos hectáreas de ajíes y un terreno que sembró con 130 kilos de porotos verdes. Cuenta que la situación más crítica se presentó entre el 3 y 6 de julio, dónde ya registraron algunas mermas, las que se agravaron con las bajas temperaturas de los últimos días. “Sólo alcanzamos a sacar una vez, cerca de 50 cajas de ajíes y muy poco de porotos. Quedamos con todos los frutos en las matas. Esto es pérdida total, no podemos salvar absolutamente nada”, relata.

El productor estima en cerca de $30 millones las pérdidas por su producción, la que estaba destinada a venderse en Santiago, situación que han debido enfrentar también gran parte de los terrenos aledaños. “Afortunadamente habíamos contratado un seguro, por lo que algo podemos recuperar. Pero no nos atrevemos a sembrar de nuevo”, señala el agricultor, quien dice que además prevén que el agua no alcanzará para terminar la temporada. “Yo creo que en enero ya no vamos a tener con que regar y no sacamos nada con plantar de nuevo”, agregó.

En El Palqui y El Tome también la helada causó estragos en tomates y morrones. Emilio Cortés, tiene invernaderos de ambas especies las que se vieron perjudicadas. “Hubo heladas el pasado 6 y 7 que nos destruyeron prácticamente todo. No sirvió el plástico de las casetas ni una membrana térmica especial que compramos para cubrirla. Esta situación es muy grave”, recalcó.

En la localidad de El Trapiche, María Gana cuida más de una hectárea de paltos, naranjos y limones, todas las cuales están perjudicadas. “Estaban todas las paltas en las matas y se secaron y cayeron, incluso las naranjas y los limones. Lo más seguro es que se tengan que cortar y plantar de nuevo”, sostuvo.

Todos estos agricultores recalcan que no fueron los únicos afectados y que este “terremoto blanco” dejó pérdidas económicas considerables en varios sectores.

Fuente: Diario El Día