El Salvador: Consejo Salvadoreño del Café en 2011 advirtió sobre roya
Las advertencias sobre el brote de roya en los cafetales se pusieron sobre la mesa un año antes de que atacara los cultivos salvadoreños.
La experiencia de los caficultores les hizo saber de antemano que las copiosas lluvias de la depresión tropical 12-E iban a causar más pérdidas que los 16,000 quintales de café que se malograron por el temporal. Sabían que el exceso de humedad iba a favorecer la entrada de hongos y vaticinaron los daños en la cosecha 2012/2013 si no se hacía algo al respecto.
De esta manera, la Asociación Cafetalera de El Salvador propuso en el interior del directorio del Consejo Salvadoreño del Café (CSC) que los fondos que se utilizarían en 2012 para la renovación del parque cafetero del país se reorientaran para la compra de fungicidas, según constata en el acta 227 con fecha 24 de octubre de 2011.
En el acta se consigna que los fungicidas serían utilizados para el combate de enfermedades fungosas como roya, ojo de gallo y requemo (antracnosis), “los cuales deberían estar dirigidos a los micro, pequeños y medianos productores de café, todo esto con el fin de contrarrestar el efecto de la defoliación de la próxima cosecha (2012/2013) y que vengan a colaborar en la protección del follaje sano, en las yemas terminales de las plantaciones de café, debido a la emergencia nacional decretada por la depresión 12-E”, indica el acta.
La moción fue aceptada y, por unanimidad, los miembros del directorio del CSC (conformado por representantes del Gobierno y las cuatro principales gremiales cafetaleras) acordaron que el presidente del CSC, el entonces ministro de Economía Héctor Dada Hirezi, enviara una solicitud al Consejo Ejecutivo del Fideicomiso de Apoyo a la Producción de Café (cuyo director presidente es el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres) para el cambio de destino de los fondos.
La carta la giró el exministro Dada al fideicomiso con fecha 1.º de noviembre, con lo que se dio cumplimiento a la petición del directorio, afirmó la jefa de Comunicaciones del Ministerio de Economía, Liza Onofre. No obstante, no aclaró si hubo o no respuesta de parte del fideicomiso. “Esa aclaración debería responderla el fideicomiso”, agregó.
Fuentes cercanas al directorio afirmaron que hubo una segunda petición pero esta no fue aceptada. Uno de las primeras trabas a que se habría enfrentado la solicitud es que el ministro de Agricultura (en ese entonces Guillermo López Suárez) es el que debió haber solicitado la reorientación, según consigna la ley de creación del fideicomiso. En el artículo 1 se establece que “los apoyos, incentivos y beneficios podrán ser presentados a propuesta del Ministerio de Agricultura”.
Se consultó al actual ministro de Agricultura, Pablo Ochoa, pero dijo que desconocía el tema. Indicó que se averiguaría y darían respuesta, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.
Cuno Salvador Mathies, miembro del directorio del CSC por parte de la Asociación Cafetalera, afirma que si se hubiera dado respuesta a la petición, el ataque de roya no hubiese sido tan severo. “Todo se da por la negligencia y prepotencia del Gobierno de no querer aceptar las propuestas del sector privado; si no, se iban a ver obligados a contratar a PROCAFE”, reflexionó. Los servicios de PROCAFE, de hecho, dejaron de ser contratados por el Gobierno desde enero de 2012.
El ataque de roya, el más severo en 30 años, ha causado la pérdida de 60,000 qq de café de la actual cosecha 2012/2013 y podría bajar la cosecha 2013/2014 a 1.3 millones de qq, la producción más baja del país en seis décadas.
El Gobierno, por su parte, echó a andar el plan de renovación de cafetales, y en la primera fase distribuyó 6.5 millones con un costo que supera los $2 millones y cuya logística de entrega fue mal administrada. Ahora, con el combate de la roya, el Gobierno desembolsará alrededor de $8 millones en un año para la compra de fungicidas y foliares y asistencia técnica para los afectados.
“Han hecho alarde de que han entregado las plantitas, pero de nada sirve porque los efectos por no haber reorientado los fondos han sido devastadores”, acotó Mathies.
Plan de renovación ha tenido varios fallos
Entre julio y agosto del año pasado, varios productores de café fueron beneficiados con la entrega de árboles de café en el marco del programa Rescate y Desarrollo de la Caficultura Nacional. Se entregaron alrededor de 6.5 millones de cafetos, pero la premura y desorganización con las que se dieron las plantas dejaron al descubierto varios fallos, entre ellos el atraso del pago de los viveristas, a quienes se les ha cancelado solo el 60% de los $2.5 millones que prestaron en servicios.
El ministro de Agricultura, Pablo Ochoa, reconoció en una entrevista reciente que el programa no fue manejado apropiadamente ya que previo a la entrega de los cafetos, no se verificó que los beneficiarios cumplieran con los requisitos, como estar solvente con el Consejo Salvadoreño del Café (CSC), estar solvente con el pago del Impuesto Sobre la Renta y estar carnetizado en el CSC.
Según Ochoa, debido a que las plantas se entregaron casi fuera de tiempo (lo ideal es sembrarlas entre mayo y julio) hubo que correr con eso. “El procedimiento burocrático no se ejecutó con todos estos pasos. Eso también fue lo que provocó el problema del no pago (a los viveristas).”
El funcionario incluso reconoció que a algunos productores no se les entregó variedades de café adecuadas para la altura, terreno y condiciones en que se iban a sembrar.
El plan, que es financiado por el Fideicomiso de Apoyo a la Producción del Café, fue ejecutado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Visión a futuro
En el plan de rescate a la caficultura, el Gobierno prevé invertir $24.5 millones en los próximos cinco años a partir de 2011.
El plan apunta a sustituir el 20% del parque cafetero del país, con alrededor de 80 millones de árboles, entre variedades resistentes y no resistentes a la roya.
Se estima que el 75% del parque cafetero de El Salvador está descuidado. La edad promedio de los cafetos es de 33 años.
En El Salvador hay sembradas alrededor de 200,000 manzanas de cafetales, el 98% de ellos con variedades susceptibles a la roya, pero con excelente calidad, como el bourbon, pacas y pacamara
El Economista