Marcas de origen aún no rinden frutos en Costa Rica
Productores de queso, banano y café aún no palpan los beneficios que planearon al obtener el sello
El aumento del valor del producto y del tamaño del mercado que se esperaba para el banano, el café y el queso Turrialba, tras obtener la indicación geográfica (denominación de origen en el caso del queso), sigue sin saborearse.
Los tres productos son los únicos en Costa Rica que han logrado registrarse ante el Registro de la Propiedad Industrial (RPI) bajo dos figuras jurídicas estipuladas en la Ley de marcas y otros signos distintivos.
La inscripción de una marca según estos esquemas permite proteger los productos que cumplan con ciertas características geográficas y productivas propias del país o la zona.
Sin embargo, por atrasos logísticos y operativos, los beneficios no han podido vislumbrarse.
Detrás de estos tres, se encuentran varios productos como mora y cacao en lista de espera.
Banano y café de Costa Rica
El trámite para obtener la indicación geográfica para “Banano de Costa Rica” demoró casi tres años y en enero del 2011 se hizo pública la inscripción.
Jorge Sauma, gerente general de la Corporación Bananera Nacional (Corbana), comentó que esta distinción informa al consumidor sobre el origen del producto, su calidad y reputación.
Además, es un instrumento de competitividad, por cuanto permitirá resaltar el valor agregado por diferenciación y se espera que la fruta se cotice mejor.
Sin embargo, los beneficios todavía no se han obtenido. Se espera que una vez protegida por el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea se incentivará su uso.
Mismo caso para “Café de Costa Rica Diseño”, que depende de la entrada en vigencia del acuerdo para saborear mejor los posibles beneficios. El café logró la indicación geográfica en el 2011.
Queso solo de Turrialba
El caso más reciente es el del queso Turrialba, que logró la denominación de origen en noviembre del 2012. Sus productores tampoco han logrado cosechar los ocho años invertidos en lograr esta distinción.
Manuel Pereira, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios de Santa Cruz y coordinador del proyecto de denominación, explicó que hubo un atraso en el nombramiento del consejo regulador pues la Asociación no tenía claro cómo debía realizarse.
Semanas atrás quedó definido este equipo, pero está a la espera de su formalización jurídica ante el Registro Nacional.
Este consejo define cuáles productores cumplen con los requisitos establecidos y pueden poner el sello en sus empaques.
Pereira comentó que una vez solventados estos escollos, apuntan a aumentar el tamaño de su mercado.
Agilizar el proceso
Pese a las trabas, la lista de productores que apuntan a este registro sigue creciendo.
Daniel Rueda, coordinador del Centro de Apoyo para el Desarrollo de Denominaciones de Origen y Sellos de Calidad de Productos Agroalimentarios (CadenAgro), informó que varias regiones cafetaleras entregaron el pliego de condiciones al Registro, pero la que está más pronta a iniciar el proceso es la de Orosi (café).
Otros productos que van en camino pero con menor avance son las artesanías de Guaitil de Santa Cruz y San Vicente de Nicoya, que están cerca de presentar el pliego de condiciones para optar por la denominación de origen.
Rueda añadió que los productores de mora optarán por la marca colectiva y actualmente están elaborando la normativa de uso.
En cuanto al cacao, ya se iniciaron los estudios.
¿Qué se protege?
Indicación geógrafica: Nombre geográfico de un país, una región o localidad, que se utilice en la presentación de un bien para indicar su lugar de origen, procedencia, elaboración, recolección o extracción.
Denominación de origen: Expresión, imagen o signo de un país, una región o localidad, útil para designar un bien como originario del territorio, y cuya calidad o características se deban exclusivamente al medio geográfico.
Marca colectiva: Signo o combinación de signos cuyo titular es una entidad colectiva que agrupa a personas autorizadas por el titular para usar la marca.
Costo: Los estudios y trámites de inscripción rondan entre ¢8 millones y ¢15 millones.
Fuente Ley de marcas y reporteo EF.