Orgánicos en Japón, un mercado con gran potencial
Aún hay que superar algunas barreras, como las estrictas normas de importación
La participación de los productos orgánicos en los mercados internacionales va en aumento. Sin embargo, en países como Japón el mercado para los orgánicos está en una etapa incipiente, marcada por canales distribución no desarrollados, un bajo nivel de comprensión del tema orgánico por parte de los consumidores – sólo un 5% de las personas entiende correctamente su significado - y estrictas normas de importación.
El reporte “Japanese Organic Market” del Foreign Agricultural Service del Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) detalla que en 2010 el mercado japonés de alimentos orgánicos se estimó en aproximadamente US$1.3 a US$1.4 billones, con un crecimiento lento pero sostenido, según una encuesta llevada a cabo por IFOAM Japan.
Por su parte cifras del Ministerio de Agricultura de Japón (MAFF por su sigla en inglés) indican que la participación de los alimentos orgánicos en el total de los productos producidos en el país fue de del 0,24% en 2011.
A pesar del estado “naciente” del mercado orgánico en el país nipón, el informe señala que, considerando la creciente preocupación por la seguridad alimentaria entre los consumidores japoneses, así como el enorme tamaño del mercado que ofrece la comida japonesa, el potencial de crecimiento es significativo.
JAS
La producción y certificación de los productos orgánicos en Japón está regulada por la Ley JAS y cada producto que se venda como orgánico en el país debe ir acompañado, no sólo de la certificación JAS, sino también con el sello JAS. Sin embargo, cabe señalar que este requisito se aplica sólo a lo que se define como “producto especifico” en la ley.
“La Ley JAS define productos agrícolas (plantas), tales como granos, soja, verduras y frutas frescas y productos agrícolas procesados de origen vegetal como “productos específicos” y se requiere que estén certificados y que cuenten con un sello JAS para ser vendidos como orgánicos en Japón”, explica el reporte.
Productos como la carne, pescados y lácteos son definidos dentro de la ley como “productos no específicos”, y se les exime de cualquier obligación.
“Es recomendable que los exportadores se coordinen con sus respectivos importadores para determinar exactamente cómo será tratado un producto en particular”, señala el informe.