Colombia: Comunidades tradicionales podrían competir con frutales neotropicales

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Colombia: Comunidades tradicionales podrían competir con frutales neotropicales

Una investigación de la U.N. en Palmira encontró características fisicoquímicas importantes, desde el punto de vista de la transformación, en frutales como la granadilla de Quijos, el tomate de árbol de monte y la curuba. granadilla

En la actualidad, los mercados identifican nuevos recursos para aumentar su límite de consumo y fomentar nuevas alternativas económicas de producción, ya sea con potencial de exportación o para consumo interno.

Entre las opciones más interesantes se encuentra el cultivo de frutales neotropicales, aquellos considerados para exportación por el Acuerdo de competitividad de productos hortofrutícolas promisorios exportables de Colombia, firmado en 2001, en la canasta conformada por frutas como el banano bocadillo (o bananito), mango, granadilla, pitahaya, tomate de árbol y uchuva.

Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira realizaron una caracterización fisicoquímica preliminar de la granadilla de Quijos (Passiflora popenovii), del tomate de árbol de monte (Solanum putumayensis) y de la curuba (Passiflorasp.), especies consumidas en fresco a pequeña escala, como características utilizadas para promover su uso a través de la transformación agroindustrial.

“Las muestras de granadilla de Quijos provinieron de los municipios de Timbío y El Tambo (departamento del Cauca), mientras que las de tomate de árbol de monte y la curuba lo hicieron del Valle de Sibundoy (Putumayo). Los análisis se hicieron en el Laboratorio de Control de Calidad de la Sede Palmira y para la caracterización se utilizó una lista de descriptores cuantitativos y cualitativos, y se emplearon los métodos descritos en la Norma Técnica Colombiana (NTC) 4580”, señala la profesora Creuci María Caetano.

De acuerdo con la docente, luego de la evaluación, los frutales presentaron características fisicoquímicas importantes desde el punto de vista de la transformación.

“La granadilla de Quijos (P. popenovii), de manera similar a la granadilla (P. ligularis), presenta un sabor muy dulce, debido a su contenido de azúcares totales (promedio de 14,5) y a la poca acidez (promedio de pH de 5,4). Además su aroma es muy agradable y la cáscara es de color amarillo intenso a naranja, brillante y fácil de romper, lo que favorece su aceptación en el caso del consumo en fresco”, resalta Dubert Cañar, magíster en Recursos Fitogenéticos Neotropicales.

En comparación con el tomate de árbol (S. betacea), el tomate de árbol de monte (S. putumayensis) mostró un mayor grado de acidez (promedio de acidez de 3,1 y pH de 3,2; además de un sabor agridulce y un rendimiento del 53% al 67%, factores que apuntan a su potencial como materia prima para el procesamiento agroindustrial.

El color del fruto maduro es amarillo muy brillante con puntos verdes en la base del pedúnculo y con variación en sus formas.

“La curuba (Passiflora sp.) evaluada, proveniente del Valle de Sibundoy, presenta un fruto típico, pequeño, de  color amarillo-anaranjado. El pH está en el rango de los fuertemente ácidos. Debido a su alto nivel de acidez, los sólidos solubles son medianamente bajos con relación a la granadilla (P. ligularis) que está en un rango de 14 a 15 en el mismo estado de madurez. El contenido de azúcares totales es alto, variando entre 10,5 y 11,6”, dice la docente.

Las muestras evaluadas presentaron un rendimiento aceptable, en un margen del 58 al 70%, lo que demuestra un uso potencial en la agroindustria, para obtener así un mayor valor agregado.

“En conjunto, las características fisicoquímicas demuestran que estos frutos pueden ser utilizados como materia prima para procesamiento, pues generan mayor valor agregado. El uso, a su vez, contribuye a la conservación de estos recursos genéticos autóctonos”, concluye Caetano.

Fuente: Agencia de Noticias UN

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