Hace unos días, la Escuela de Recursos Naturales de Duoc UC llevó a cabo el “Seminario Internacional Tratamiento del Agua para Uso de Riego Agrícola”, instancia en la que se comparó la situación de Chile con los avances tecnológicos de Israel. 

En Israel, la situación hídrica es bastante delicada ya que llueve aproximadamente unas cuatro veces al año por lo que el país de Oriente Próximo ha debido innovar en tecnología para el aprovechamiento del agua.

A raíz de lo anterior, la agricultura se considera una de las actividades más difíciles de realizar. Sin embargo, las nuevas tecnologías para el uso eficiente del agua han tenido gran éxito, logrando tratar el 90% del recurso hídrico y reocupar el 80% de ésta en el sector agrícola.

El experto en tratamiento de aguas servidas y fundador de Khon Project Consulting Services, Claudio Khon, detalló durante el seminario que Israel ha logrado estas cifras gracias al énfasis en la innovación tecnológica y educación desde edades tempranas.

“Hemos implementado un sistema de plantas de tratamiento que limpian el agua que llega por las cañerías: la materia orgánica, mediante un reactor biológico de microrganismos que se alimentan de ésta, y los aceites y grasas, a través de cámaras de partículas de arena. Además, fomentamos que jóvenes entre 15 y 25 años,  ideen proyectos y los ejecuten en el Centro de Investigación Eshel Asani”, comentó Khon de acuerdo a un comunicado.

Por su parte, Luis Gurovich, profesor de la Facultad de Agronomía e Ingeniería  Forestal de la  Universidad Católica de Chile, comentó la actual situación de Chile.

“Yo diría que la situación [hídrica] del país es más bien limitada. Existe una gran cantidad de aguas servidas que no son tratadas como para quedar en condiciones de ser reutilizadas, y algunas que no son tratadas del todo vuelven a los cauces naturales en condiciones que dificultan su utilización para el riego en forma normal”, comentó Gurovich a Portalfruticola.com respecto a la situación hídrica.

“Esto trae consigo la presencia de todo tipo de elementos tóxicos, biológicos que puedan causar algún problema a la población, y todo tipo de impedimentos que afectan la capacidad productiva de los suelos”, añadió.

Consultado sobre las causas que impiden el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan tratar estas aguas, Gurovich destacó que para alcanzar el nivel de Israel, es necesario educar y modificar algunos temas legales y de fiscalización.

“Yo creo que hay algunos vacíos en la ley y también porque los servicios públicos encargados de hacer informes respecto al tema, o de monitorear esta situación, son insuficientes. Muchas veces las industrias no se ven obligadas a hacer esto a pesar de que la ley lo establece”, aseveró el académico.

De este modo, indicó que lo primero es educar y formar nuevos profesionales que reviertan esta situación.

“Bueno, para poder suplir a las instituciones que tienen que llevar el control de esto, se necesitan profesionales que el país no tiene. Esto porque no se ha hecho un trabajo, ni se ha dado información suficiente de que este tema del agua es un problema”, declaró a Portalfruticola.com.

Durante el seminario Gurovich indicó que la clave está en “enseñar a regar bien, con la cantidad justa de agua y no con el doble como se hace hoy, junto con implementar nuevas tecnologías de riego y hacer las inversiones que se necesitan para evitar que el 84% del agua que cae sobre el territorio nacional  se pierda sin uso en el mar”, puntualizó.

A raíz de lo anterior, el académico de la Universidad Católica comparó la situación de Israel con la de Chile, asegurando que “la eficiencia de agua en Israel es del orden del 98% ya que se le da varios usos a ésta, haciéndole tratamiento una vez que ha sido utilizada para darle otro uso (…) Nosotros estamos perdiendo cerca del 84% del agua que precipita sobre el territorio nacional, la que termina en el mar sin ser usada”, dijo.

“Este es un problema de déficit hídrico. Allá están obligados a hacerlo porque no hay más agua, aquí –por el contrario- tenemos suficiente agua, entonces, lo que sí tiene sentido es empezar a preocuparse del tema y tomar las medidas que impidan la polución de las aguas”, concluyó.

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