Columna: Angelcot, una exitosa historia de colaboración
Por Karen Caplan, CEO de Frieda´s Specialty Produce
Durante un par de semanas cada verano siento que estoy en el cielo. No literalmente, por supuesto. Pero cada vez que disfruto de un perfecto Angelcot de carne blanca, siento como si lo estuviera. Es por eso que etiquetamos estos raros damascos como “damascos blancos celestiales”.
Yo los denomino “raros” porque los damascos que son jugosos, suculentos, dulces y fragantes –todo al mismo tiempo- son muy difíciles de encontrar. Con los damascos regulares, el sabor puede ser bueno pero la textura puede ser seca y harinosa. A veces la fruta es jugosa, pero el sabor es débil. Ese nunca es el caso con los Angelcots.
El fruto es un híbrido especial de variedades de damascos de Irán y Marruecos. La primera vez que probé un Angelcot ni siquiera estaba maduro. Estaba en el huerto de un productor a dos semanas de iniciarse la cosecha, cuando escogí uno del árbol y lo mordí, y pude sentir el sabor dulce de esta fruta.
Científicamente hablando, los Angelcots tienen un alto contenido de sólidos solubles –la proporción azúcar/acidez- del 18-24%, mientras que los damascos regulares están en un 12-14%.
Lo que hace aún más especial a los Angelcots es el hecho de que son cultivados en el norte de California por un solo agricultor exclusivamente para Frieda´s Specialty Produce. De hecho, sólo existen unos pocos acres con árboles de este damasco blanco en América del Norte, y la temporada es muy corta –tan corta como tres semanas- pero en algunos años, hasta seis, a partir de mediados de junio hasta julio.
La piel color amarillo pálido de los Angelcots, con un rubor pálido de durazno, está cubierta con una pelusa aterciopelada. Son sin duda una fruta hermosa, pero su atractivo proviene de un justo equilibrio entre acidez y azúcar, junto con un dulce perfume. Tienen la jugosidad de una nectarín maduro y la delicada textura y aroma de un damasco, con toques florales y tropicales. También son ricos en vitaminas A y C, además de ser una buena fuente de fibra. 
Algunos han llamado a los Angelcots la fruta ideal para el verano y que ningún otro damasco se les compara. Su inusual piel pálida añade contraste a cualquier display de carozos de verano. Duraznos, nectarines y ciruelas hacen un escenario ideal para lucir esta rara oferta.
La mezcla perfecta de sabor y textura del Angelcot reflejan su historia de éxito; la sinergia entre un producto premium de alta calidad y las ventas correctas junto a campañas de marketing diseñadas para crear la demanda del consumidor.
Hemos estado vendiendo y comercializando Angelcots desde 2007 y tenemos una gran colaboración productor-comercializador. Nuestro productor, Marty y su familia, sólo quiero crecer. Nos pide hacer su marketing y ventas. Cada uno de nosotros hace lo que sabe hacer mejor.
Pero, por supuesto, todo comienza con la propia fruta. Cruzamos los dedos para que la madre naturaleza coopere y no golpee al cultivo con granizos o un clima demasiado caliente. Los Angelcots, cosechados a mano, se empacan con cuidado en un embalaje con diseño especial, el que destaca todos los aspectos que los compradores buscan a la hora de tomar la decisión de comprar cuando se enfrentan a un artículo con el que no están familiarizados.
Cada año, vemos que la demanda aumenta ya que los consumidores que han probado los Angelcots vuelven por más, junto con aquellos que sólo han oído hablar de ellos. Estos compradores entienden y exigen un cultivo premium como este y están dispuestos a pagar por él.
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