La constante lucha de los exportadores chilenos de higo
Caminando a través de las filas de árboles en un campo chileno de higos en medio del canto suave de las aves, es fácil dejarse seducir por la tranquilidad lejos de la caótica capital, Santiago, a sólo media hora de distancia.
Sin embargo, bajo la superficie idílica, este es un negocio marcado por una "brutal" competencia por el limitado espacio de carga aérea que hace que la exportación de la fruta no sea tan lucrativa como uno podría esperar.
Con la cosecha de "temporada baja" a punto de ponerse en marcha a finales de esta semana en una finca llamada María Pinto perteneciente a un productor asociado de Hortofrutícola Sudamericana Ltd (HSL), la compañía se está preparando para una operación ajustada.
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La vida útil de los higos es exorbitantemente corta, ya que el fruto pierde una cantidad sustancial de calidad en alrededor de sólo siete días después de la recolección. Esto, por supuesto, hace que el envío de Chile a América del Norte o Europa por otro medio que no sea aéreo quede fuera de discusión.
Pero el aislamiento geográfico de Chile de estos mercados significa que hay una lucha constante con una gran cantidad de productos para reservar un espacio en los aviones chárter.
"Es muy costoso, en gran parte porque depende de otros productos. Si el salmón tiene buenos precios competimos con el salmón; si las flores tienen buenos precios competimos con las flores", dijo el productor asociado de HSL y dueño de la finca María Pinto, Rodrigo Garcés Braun.
"En abril también hay mucho oro que va a Canadá para su procesamiento, y por supuesto, si estamos compitiendo con el oro, el oro va a ganar", aseveró.
El gerente general de HSL, Cristian Muñoz Cariaga, estima que la carga aérea conforma un 60% de los costos totales.
"La competencia es brutal. Siempre va a ser lo mismo, porque no hay manera de reducir los costos, y estamos muy lejos de los mercados clave", dijo.
Mientras los importadores en el mercado más grande de la compañía -Reino Unido- pagan un precio muy alto en comparación con la mayoría de los frutos de US$10-12 por kilogramo, a HSL le cuesta US$5.50 por kilogramo sólo por envío y embalaje, además de los costos de producción.
"Una gran cantidad se gasta en los costos. Necesitas tener pasión en este negocio. Si fuera un gran negocio el país estaría lleno de higos", aseveró Garcés.
"Nunca va a ser un producto masivo, no puede serlo. No puede competir con el volumen o cualquier otra cosa. La capacidad de exportación está absolutamente limitada únicamente por la situación del transporte”, dijo.
"Incluso si duplicaras la producción en Chile, no habría manera de sacar todo. No hay suficientes aviones", agregó.
Otro inconveniente de la carga aérea es que la fruta se desplaza en temperaturas mayores que el ideal 1°C (33,8°F), y el mayor movimiento hace que los productos delicados sean propensos a sufrir daños.
Un aspecto positivo que Muñoz y Garcés consideran, a pesar de los desafíos de la carga aérea, es la clasificación de “superalimento” que tiene la fruta gracias a sus altos niveles de antioxidantes y fibra, lo que ha disparado su popularidad.
Muñoz dice que la demanda en Reino Unido durante los últimos cuatro años ha aumentado un 20% anual. También se observa un crecimiento en EE.UU. y Canadá en torno al 10% y 15%, respectivamente.
"La tendencia mundial apunta a buscar frutos que ayuden a vivir más tiempo. Algunas frutas son simplemente más saludables que otras y los higos son una de ellas. Higos, arándanos, almendras, nueces, son productos que prolongan tu vida", indicó.
"Poco a poco, los mercados están adaptándose mejor a estos productos. Alrededor de 10 o 20 años atrás se comían muy poco los arándanos y ahora el consumo mundial se ha disparado", añadió.
Otro motivo para mantener el optimismo es el desarrollo de variedades, principalmente enfocado en los cultivares más productivos y de mayor vida útil.
La reconocida variedad Black Mission cultivada por HSL es popular entre los consumidores por su sabor y apariencia oscura, pero el rendimiento por hectáreas es muy bajo.
HSL tiene alrededor de 100 árboles en el norte de Chile dedicados al desarrollo de nuevas variedades, y Muñoz dijo que la Universidad de California Davis ha llegado con al menos tres nuevos cultivares que se ven bastante prometedores.
Mercado interno básico
Dados los desafíos más apremiantes en el negocio chileno del higo, desde la pobre vida útil y los métodos de exportación limitados, buscar mercados más cercanos puede parecer una opción obvia.
Sin embargo, Garcés dijo que el alto precio de los higos hace que sean más adecuados para las economías altamente desarrolladas como Europa, EE.UU., Canadá y Japón, agregando que el mercado doméstico chileno aún no es lo suficientemente sofisticado para manejar adecuadamente semejante calidad de la fruta en grandes cantidades.
"En Chile el mercado interno es muy básico y el sistema de cadena de frío es pobre", dijo.
"Hay un montón de pequeños agricultores de higo que venden a los mercados mayoristas, pero en los mercados mayoristas de frutas no es muy bien tratada. Toda la fruta se embala en las mismas cajas tradicionales; todo sigue igual, y hay mucha fruta”, señaló.
"La mayor parte de la fruta que se vende en Chile es de clase 2, porque la mejor calidad se exporta. Y porque es de clase 2 no se molestan en tratarla muy bien, por lo que el problema es aún peor", aseveró.
Aunque el mercado chileno puede no estar listo aún para recibir grandes cantidades de higos de mejor calidad, tanto Muñoz como Garcés coinciden en que la situación mejorará en un momento dado y destacan que con toda probabilidad hay un "gran futuro" para los higos en el centro agrícola de América del Sur.