Bioplástico a partir de mandioca: nuevo empaque para bananas y otras frutas

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Bioplástico a partir de mandioca: nuevo empaque para bananas y otras frutas

En Argentina, un grupo de investigadores trabaja en el desarrollo del primer material biodegradable derivado del almidón de mandioca, producto que serviría para el empaque de bananas formoseñas de primera selección.

Raíces de mandioca / Fotografía INTA

Raíces de mandioca / Fotografía INTA

Junto con generar un insumo que sirva a los productores, la investigación -desarrollada por expertos del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) NEA del INTA- representa una oportunidad para agregar valor a un cultivo con fuerte arraigo cultural entre los agricultores familiares del noreste argentino.

Rolando Aguirre, especialista del IPAF NEA en Laguna Nainek -Formosa-, detalló que junto con elaborar un empaque biodegradable para la comercialización de bananas formoseñas de primera selección, el producto también servirá a otros frutales de la zona como papaya, mango y maracuyá.

INTA detalló que en el IPAF NEA se elaboraron de forma artesanal, y a escala de laboratorio, cuatro polímeros biodegradables a partir de la mezcla de almidón de mandioca, glicerina y agua en los que se evaluó la resistencia y durabilidad del material obtenido.

“La materia prima necesaria para la elaboración de estos polímeros será obtenida en el campo de los productores”, señaló el especialista del IPAF, quien además aseguró que “se trata de una tecnología pensada para la agricultura familiar y constituye un primer paso que permitirá a los productores y feriantes producir, a escala local, los empaques biodegradables”.

Dado que millones de toneladas de plástico se desechan cada año, “nuestra intención es comenzar de a poco a sustituir los materiales contaminantes por otros que puedan ser fácilmente degradados en el ambiente y que no generen los inconvenientes ambientales que provocan los plásticos convencionales”, explicó Aguirre.

Estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. indican que una bolsa de plástico tarda entre 400 y 1.000 años en descomponer todos los elementos químicos que la conforman, mientras que una elaborada a partir de polímeros vegetales demora 5 a 10 semanas.

Cabe destacar que en este caso, la innovación tecnológica está basada en los polímeros biodegradables que se obtienen del almidón procedente únicamente de las raíces de mandioca cultivadas en el noreste de Argentina.

“Con esto logramos transformar a la bolsa en un residuo orgánico, que al final de su vida útil, se descompone y sirve como abono orgánico para las plantas”, expresó Aguirre.

www.portalfruticola.com

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