Chile, país con potencial de ser referente en berries a nivel mundial
Luego del lanzamiento de un estudio realizado por Chile Saludable, surgió una postura ante la falta de educación, diversidad y accesibilidad a los alimentos funcionales y a una vida sana. Los comestibles diseñados para beneficiar la salud de las personas son un rubro que aún no madura y tiene el gran potencial de posicionar a Chile como líder de antioxidantes a nivel internacional.
“Nuestro desafío país es formar una cultura saludable”, señala Andrés Barros, gerente de Alimentos de Fundación Chile.
Junto a su equipo, considera que existen tres puntos relevantes para promover el mercado de los alimentos funcionales a nivel nacional: formar al consumidor, ampliar la gama de productos e impulsar a las empresas de consumo masivo para que incursionen en esta industria. “De hecho – agrega- el 43% de los chilenos piensa que comer saludable es comer sólo ensaladas. La oferta de productos es reducida y por lo general tienen un alto costo”.
Elaborados para mejorar la salud o reducir el riesgo de contraer enfermedades, los alimentos funcionales están diseñados para cumplir una función que aporte al bienestar de las personas. Nutrientes como minerales, vitaminas, ácidos grasos omega 3 o antioxidantes se adicionan a ciertos alimentos con el fin de aumentar sus beneficios. En el mercado nacional, existen líneas para distintos consumidores que refuerzan o previenen condiciones específicas que los afectan, informa Fundación Chile.
Tal como indica el estudio Chile Saludable, desarrollado por Fundación Chile y bajo la colaboración de GfK Adimark, el mercado de los alimentos de la categoría de salud y bienestar en el país registraron durante 2012 ventas anuales en retail de USD 3 billones, de los cuales un 40% -alrededor de USD 1,2 billones- corresponde a la subcategoría de alimentos funcionales.
“Chile dispone de frutos con propiedades antioxidantes y tiene el potencial de ser un referente mundial. Ya somos exportadores líderes en arándanos y berries, vitivinicultura y frutos de alta potencia como el maqui o el calafate. El desafío está en agregarle valor a las materias primas y llegar con buenos productos al retail a través del conocimiento de las necesidades que mueven a los consumidores internacionales”, señala Barros.
En la actualidad, el mayor desarrollo de este rubro en el país se ha enfocado en la industria láctea, donde se añaden prebióticos, probióticos, fibras y estanoles vegetales a sus productos, con el fin de darle funcionalidad, de modo que aborden desde la salud digestiva hasta la salud cardiovascular. Aun así, el reglamento sanitario de los alimentos en Chile no cuenta con una definición formal para esta categoría y sólo hace referencia al uso de descriptores y mensajes saludables.