“Heladera Social”, la acción alimenticia que revoluciona las calles en Argentina
Estos últimos meses el desperdicio de comida ha sido un tema serio y que por fin está encontrando acciones verdaderas. Francia hizo ilegal que supermercados desechen alimentos, la cadena minoristas británica Tesco siguió los mismos pasos. ¿Y en América Latina?
Lamentablemente, en el continente americano la pobreza sigue siendo latente. Marcadas diferencias sociales que conviven en un mismo país, donde en una se disfruta y desperdicia la comida, y otra donde en muchos casos el hambre se hace presente.
Sin embargo, a pesar de esa amarga cara de la moneda, Latinoamérica es un continente donde también se deja ver la solidaridad, y cuando de desperdicio de alimentos se trata, no han sido grandes cadenas ni políticos quienes han actuado, sino que han sido tres argentinos socios de un restaurant en Tucumán.
La Heladera Social. Un proyecto que surgió porque sí, porque les molestaba ver cómo algunas personas pasaban hambre mientras ellos tiraban comida sobrante de su restaurante. Portalfruticola.com, conversó con Fernando Ríos, uno de los socios y creadores de la Heladera Social, quien nos explicó cómo surgió esta iniciativa y de qué se trata.
“Hace 5 años que estamos pensando qué podíamos hacer con los sobrantes que se generaban de la actividad gastronómica día a día, pero lamentablemente las veces que quisimos hacer algo, nuestros abogados con cierta razón, desaconsejaban las acciones”, explicó Ríos.
Sin embargo, una noche volvió a surgir la idea.
“Con mi socio una noche ya despidiéndonos, vimos como un padre de familia que pasa recogiendo todas las noches cartones, metía a uno de sus chiquitos más chicos al contenedor de basura para buscar comida en las bolsas de más abajo”, recordó.
“Esa fue la imagen que a nosotros nos impresionó muchísimo, no porque no la hayamos visto antes, sino porque era imposible en ese momento no ponerse en el lugar de ese. Nos dio mucha vergüenza de nosotros mismos porque en nuestras espaldas estábamos tirando comida a la basura y veíamos como una familia llegaba a la comida pero en condición de basura”.
A partir de ese momento, estos socios comenzaron a trabajar en su proyecto sin importarles ningún riesgo, “nada podía ser peor que buscar comida en la basura, nada de lo que nosotros hagamos puede ser peor”, expresó Ríos.
Durante un mes trabajaron buscando información y legislación sobre desperdicios de alimentos alrededor del mundo, hasta que finalmente el proyecto cobró vida convirtiéndose en una heladera social en la vía pública, a la que personas sin recursos puede acceder gratuitamente para retirar comida en buen estado.
Lo que no esperaban Fernando y sus socios, era la increíble solidaridad de los vecinos, hasta el punto que el 90% de comida es aportada por el vecindario.
“Lo lindo es que esto ha ido inspirando a otras ciudades, hoy ya son 8 heladeras más en Argentina, y se están por abrir infinitas más”.
“Estamos convencidos de que no hace falta ser dueño de un bar para tener una heladera social, sino que esto perfectamente puede ser impulsado por vecinos independientes, porque siempre habrá en el almuerzo o la cena, un plato de comida que uno podrá compartir con el otro”, destacó.
Ríos indicó que no han tenido ningún tipo de problema con las municipalidades, las cuales están al tanto de esta acción. En cuanto a temas sanitarios, La heladera ya hace un mes que está funcionando, con comida que sobra del restaurante más lo que donan los vecinos y todos los alimentos son plastificados y controlados antes de ponerlos en la heladera. Los vecinos cuentan con un proceso de “Guardado Cuidado” donde se clarifican los requisitos para poder donar la comida, la cual no está por más de 24 hrs.
Se pensó, se hizo y se puede seguir haciendo
“La heladera social sirve para preguntarnos, entre otras cosas, qué hacemos nosotros con nuestros alimentos. Generalmente uno siempre carga las cifras en los supermercados o restaurantes o bares. Pero proporcionalmente, porcentualmente donde más se tira comida es en el hogar. Es ahí donde nosotros también queremos poner la lupa, llamar a la conciencia de que lo que antes era basura, ese poco de arroz o pollo, eso a lo que uno no le da valor en el hogar, puede convertirse en el plato de comida de un vecino”.
En Argentina no son los únicos que hacen este tipo de obras, una panadería entrega una bolsa cada día con pan del día anterior a aquellos que no tienen para comprarlo a diario.
Son obras que invitan a hacer un llamado a cadenas de supermercados, a políticos: si un vecino puede ¿qué detiene a los demás?
Fotografía: Lagaceta.com.ar