La comercialización sigue siendo el talón de aquiles de la avellana chilena
La industria de la avellana ha estado viviendo temporadas potentes a nivel mundial impulsado por una coyuntura de altos precios, motivando a productores e inversionistas a iniciarse en el negocio de este fruto seco.
Para conocer algunos detalles sobre el desarrollo de la industria este último año, Portalfruticola.com conversó con Jorge Mohr, director de Viveros Nefuén, del Grupo Hijuelas.
Chile cuenta con más de 15 mil hectáreas plantadas de avellano, de las cuales la mayoría se sitúa en la región del Maule (sur de Chile) y se proyecta que para el 2020 se superen las 25 mil. El principal destino de estas avellanas es Italia, con el 83% de las exportaciones, seguido de Estados Unidos con un 11%, mientras que otros mercados como Argentina, Brasil y Alemania no superan el 3%.
“Veníamos de 2 años muy buenos en cuanto a precios, esto se debe a que tuvimos un año gatillado por bajas producciones de Turquía”. Explicó que el 70% del mercado mundial de la avellana se produce en Turquía, y el 90% de la avellana en el mundo se destina a industria, por lo tanto, lo que manda el precio global de la avellana es el precio de la pepa, “una pepa estandarizada en un mercado turco que es lo que da el precio internacional”, indicó Mohr.
En este contexto, la pepa en los últimos dos años estuvo a precios cercanos a USD 12- 14/kilo, sin embargo, según explicó Jorge Mohr, los precios volverían a estabilizarse en los próximos años, volviendo a su precio más normal que ronda los USD 8-9/kilo. “Mi sensación es que para allá van los precios”, indicó.
Mohr explica que esta situación es de entender dada la baja producción en los últimos años, lo que había provocado precios más altos, incentivando a mucha gente a interesarse por el negocio de las avellanas.
En cuanto al mercado global, sigue creciendo y la demanda está “muy fuerte”. “Ferrero, que es el principal comprador, está posicionándose y comprando mucha fruta no sólo en Chile. Esto está generando que otros poderes compradores estén interesados en empezar a integrarse y buscar posiciones de comercialización más cercanas”, apuntó.
“Globalmente hay mucho movimiento en cuanto a la avellana, que se ha dado principalmente por la deficiencia de producción y un aumento de la demanda mundial que va de la mano de los crecimientos de nuevas fábricas en China y de crecimiento también de todos los frutos secos”, explicó.
En cuanto a Chile, señaló que el país tiene una mejor acentuación en términos de precios porque está a contra estación, lo que ha incentivado las plantaciones. "El negocio está siendo muy atractivo”.
Para Jorge, el principal desafío de la industria es establecer huertos que tengan alta productividad de pepa por hectárea, “hay que afinar las zonas productivas”.
En cuanto a los desafíos en cambios varietales, se ha ido abordando “hemos traído muchas variedades al mercado y hemos traído muchos polinizantes. Creo que todas esas inquietudes se han ido despejando con el tiempo y hoy en día no son los grandes desafíos”.
“Hoy los grandes desafíos son cómo se organiza la industria y los agricultores en general con los canales de distribución, que permitan sacar la fruta de forma directa. No puede ser que hoy en día una industria esté basada con un gran poder comprador, lo natural es que exista más de uno, lo cual es sano para una industria porque así se genera competitividad y transparencia en los precios”.
“Creo que los temas técnicos se han ido resolviendo, pero los siguientes pasos están en la agro-industrialización, cómo organizarse y generar más valor en la avellana”, expresó.
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