Por Luis Gurovich, presidente del Directorio de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje (AGRyD)
El agua efluente de áreas urbanas, una vez reciclada, es una fuente confiable de agua, que debe ser tomada en cuenta en la formulación de una política sostenible para el uso de este recurso.
La reutilización del agua es un campo de actividad y fuente de nuevos negocios cada vez mayor. Muchos proyectos de inversión en producción frutícola, basados en el uso de aguas recicladas, se han venido desarrollando en todo el mundo, especialmente en los últimos quince años.
El agua reciclada se ha utilizado de forma segura y con éxito desde hace más de 40 años en Florida y California, también en Australia y los países del sur de la Unión Europea, especialmente en España, Italia y Francia, y países del Medio Oriente, como Israel, Chipre y Túnez, con regulaciones y restricciones aún más estrictas que las directrices de la Organización Mundial de la Salud.
Las estimaciones del Banco Mundial indican en el año 2005 se utilizó para el riego agrícola un total de 40 millones de m 3 de aguas urbanas recicladas, llegando a aproximadamente 55 millones de m 3 en el año 2015. La aplicabilidad de agua reciclada para el riego agrícola es casi universal. Las limitaciones a su uso son similares a las limitaciones aplicables a otras fuentes de agua de riego por ejemplo: salinidad, sodicidad y presencia de iones específicos en concentraciones superiores a las permitidas en la práctica agronómica estándar. Además, el nivel de tratamiento de reciclaje del agua determina si se imponen restricciones de cultivos autorizados o no.
El agua reciclada a nivel terciario y desinfectada con inyecciones de Cloro y/o con tratamientos de luz ultravioleta, se puede utilizar para el riego sin restricciones en todos los cultivos, sin ningún tipo de limitación en el método de riego empleado. La mayoría de las aguas regeneradas no tienen niveles altos de salinidad, a pesar de que son un poco más saladas que el agua potable a partir del cual se originaron.
Con una fracción de lavado adecuado, las sales en el agua reciclada se pueden lavar con riego por sobre los requerimientos de evapotranspiración de los árboles, con una gestión del riego apropiada, que incluye un monitoreo periódico de las concentraciones salinas en el volumen de suelo ocupado por los sistemas de raíces de los árboles.
Desde el punto de vista sanitario, los tratamientos requeridos para el uso de agua reciclada obligan a una desinfección de los patógenos que pudieran estar presentes en las aguas urbanas, especialmente bacterias entéricas. Adicionalmente, se ha demostrado en innumerables estudios, que las raíces de las plantas no pueden absorber partículas del tamaño de bacterias ni virus, que eventualmente pudieran estar presentes en los suelos. Estos organismos biológicamente activos, son rápidamente descompuestos por la actividad de los microorganismos normalmente presentes en el suelo, transformándose en CO 2 y agua.
La aceptación pública de agua reciclada como fuente del recurso en la producción de frutas, también ha aumentado, y los cultivos con agua reciclada en los países en los cuales este uso es permitido, han sido comercializados sin una reacción negativa del público y sin que se haya reportado ningún caso de enfermedades que pudieran provenir de esta fuente hídrica. Sin embargo, ha habido una cierta aprensión hacia el uso de agua reciclada para el riego en países de menor desarrollo científico y que no cuentan con mecanismos de control sobre las características del agua producida en las plantas de purificación de aguas urbanas, debido principalmente a las incertidumbres relacionadas con la sostenibilidad de la agricultura y la salud humana y asuntos relacionados con la política, la economía, el acceso al mercado, eventuales impactos ambientales, y de sostenibilidad agronómica y de salud pública.
Uno de los principales obstáculos para la reutilización del agua y su aceptación por el público es la falta de legislación aplicable en forma integral. En general, las aguas residuales urbanas, una vez adecuadamente tratadas, se usan ampliamente en la agricultura, debido a que son una rica fuente de nutrientes y proporcionan toda la humedad del suelo necesaria para el crecimiento del cultivo.
La mayoría de los cultivos regados con aguas recicladas obtienen mayores rendimientos que los alcanzados con otras fuentes de agua (superficial o subterránea), y se reduce la necesidad de aplicar fertilizantes químicos, lo que resulta en ahorros significativos en los costos de producción. Sin embargo, si el nitrógeno total entregado al cultivo mediante riego con aguas recicladas excede la dosis de nitrógeno recomendado para obtener rendimientos óptimos, puede estimularse el crecimiento vegetativo de los árboles, con todas sus implicancias fisiológicas en las siguientes floraciones, en el retraso de la maduración de la fruta y en su menor vida de post-cosecha.
La composición de las aguas urbanas recicladas también tiene que ser tomada en cuenta. El predominio de residuos industriales puede incluir contaminantes químicos, que pueden ser tóxicos para las plantas en concentraciones altas. Algunos de estos elementos o compuestos pueden entrar en la cadena alimentaria, pero la mayoría de los estudios indican que estos contaminantes se encuentran en concentraciones permitidas para el consumo humano, cuando la mezcla de aguas de origen industrial representan hasta un 15% del total del agua urbana reciclada.
Los criterios de California para el reciclaje de agua (codificadas en el Título 22 del Código de Administración de California) permiten 43 usos específicos de riego con agua reciclada, para todo tipo de cultivos alimentarios; estos criterios incluyen diferentes requisitos de calidad del agua para el riego de cada tipo de cultivo: aquellos que se consumen crudos, los que reciben un procesamiento antes de su consumo, y los que no tengan ningún contacto humano antes de su procesamiento industrial. Estas regulaciones están entre las más estrictas del mundo y se han utilizado como modelo para las pautas y reglamentos de reutilización de agua de muchos otros países.
En California, los agricultores que utilizan agua reciclada para la producción de frutas, bajo los criterios del Título 22 han demostrado en los últimos 40 años que esta práctica es segura y económica. Estos criterios corresponden al tratamiento denominado secundario con desinfecciones; por supuesto que el tratamiento terciario produce aguas aún de mejor calidad.
Para mayor información sobre las normas de tratamiento para reciclar agua cuyo uso posterior sea el riego agrícola, les invitamos a revisar el siguiente link -> http://agwaterstewards.org/images/uploads/docs/recycled_water_and_agriculture3.pdf
El mayor obstáculo para el uso de agua reciclada para el riego es la distancia desde la fuente de agua reciclada hasta el huerto frutícola a ser regado con ésta. Por lo general, los huertos se encuentran en zonas rurales ubicadas a grandes distancias de los centros urbanos y de sus instalaciones de tratamiento de aguas residuales. Y, aun cuando toda el agua urbana reciclada pueda ser transferida a la actividad agrícola regada, la demanda agrícola total de agua es muchas veces mayor que el suministro disponible. Por lo tanto, las zonas agrícolas con acceso cercano a las fuentes de agua reciclada se encuentran en una ventaja única sobre otras zonas, especialmente en tiempos de escasez de agua.
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