Por Ian Carlo Bottinelli Wolleter – Ingeniero Agrónomo – Especialista en Nutrición Vegetal
Uno de los aspectos que en general se toma poco en cuenta a la hora de presupuestar el manejo de un huerto frutal, viñedo o parrón es el seguimiento del estado nutricional durante la primavera. Así como un deportista de alto rendimiento debe controlar periódicamente sus niveles, un huerto frutal debe ser controlado al menos en los estados fenológicos clave de manera de poder realizar los cambios que la planta está pidiendo para mejorar y obtener una cosecha abundante y de calidad.
En Chile es normal que se realicen un par de análisis foliares por año y es todo y muchas veces con un bajo trabajo de análisis e interpretación posterior.
Los principales beneficios de invertir en seguimiento nutricional son:
Tradicionalmente, el seguimiento nutricional se basa en metodologías que muestran una foto de los niveles acumulados hasta el momento del muestreo (análisis de lámina foliar y análisis de suelo).
Hoy, la tendencia es a utilizar metodologías que muestren la cinética de los elementos en la planta o desde el suelo a la planta. Entre éstas, el uso de sondas de succión y los análisis a la savia de las plantas son las tecnologías de excelente precisión. Ambas resultan ser complementarias y entregan información muy fina de lo que realmente está absorbiendo y metabolizando la planta en el momento del muestreo además de las relaciones que se producen entre los diferentes elementos minerales.
Las sondas de succión son las de mayor uso en huertos y básicamente consisten en 3 o 4 sondas instaladas en un punto del campo. De la primera sonda se extrae una muestra de la solución que se está inyectando al sistema directamente del gotero. Luego, mas o menos 24 horas después de inyectados los abonos se extrae de las restantes sondas una muestra de la “solución suelo”; por diferencia de concentraciones se determina que fracción de los nutrientes aplicados fue absorbido por la planta, cuanto se está lavando, cuanto se estaría acumulando en el suelo, etcétera.
La foto del ejemplo muestra mediciones realizadas con sondas, donde se observa que durante la fase de crecimiento vegetativo el huerto absorbe gran parte del aporte de nitrógeno (muy baja lectura de solución suelo); Por el contrario, al acercarse a floración, ya se generan mayores lecturas en las sondas a 20, 40 y 60cm en relación al aporte SFR. Esto significa que la planta no está absorbiendo los elementos y están quedando en el suelo. Si la sonda a 60 cm tiende a aumentar puede indicar un excesivo lavado de nutrientes y/o acumulación en profundidad del elemento.
Esta tecnología es un potente instrumento de seguimiento y optimización del fertirriego.
El Análisis de Savia es otra forma de realizar seguimiento nutricional bastante preciso. Consiste en tomar una muestra de hojas a la que se le extrae la savia de los peciolos para posteriormente analizarla. Una de las principales características es la rapidez en la ejecución y en la obtención de los resultados. En general, esta herramienta agrega mucho valor al determinar de manera muy rápida y precisa las relaciones y equilibrios entre los diferentes elementos nutricionales clave en algún estado fenológico.
Por ejemplo, esta técnica se utiliza muchísimo en cultivos intensivos para monitorear relaciones entre cationes. Es el caso de tomates indeterminados, donde el desorden fisiológico conocido como Blotchy es el resultado de un desbalance en las concentraciones vasculares de Ca, K, Nitrógeno y CE de la solución suelo, el análisis de savia permite en 24 horas determinar hacia donde se esté generando un desbalance que evita el correcto proceso de maduración y pintado del tomate.
Como toda nueva tecnología, se debe realizar una apropiada interpretación agronómica, plan de acciones y correcciones tendientes a sacar el máximo provecho a estos servicios.
En la mayor parte de los casos donde se da un trabajo consiente y preocupado de seguimiento nutricional y el real aprovechamiento de la data proporcionada por estos servicios, los beneficios superan por mucho los costos de implementación y seguimiento.
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