La Iniciativa de Comercio Ético (ETI, por sus siglas en inglés), con sede en U.K., ha publicado una actualización sobre la suspensión de la multinacional frutícola Fyffes sobre el manejo de disputas laborales y preocupaciones de su filial hondureña, Suragroh.

Ahora, cerca de 1,5 meses después de la suspensión de 90 días de la iniciativa, el importador de fruta con sede en Irlanda, con dueños japoneses, podría enfrentar el despido inmediato de la ETI si "no se han tomado medidas creíbles y concretas dentro de este plazo".

"ETI cree que ahora es imprescindible que Fyffes funcione dentro del espíritu del juicio y asegure que los trabajadores de sus cadenas de suministro latinoamericanas y no sólo en Honduras, se beneficien de acciones significativas y prácticas", dijo la iniciativa en una actualización esta semana.

El comunicado se refiere a las recomendaciones de un subcomité disciplinario que se reunió el 30 de marzo, que decidió que Fyffes "no había demostrado que entendía o actuaba sobre sus obligaciones como miembro de ETI para implementar las disposiciones del Código Base ETI".

Además, el subcomité dijo que cuando Fyffes declaró consistentemente que estaban cumpliendo con la ley local, "no demostraron que su entendimiento y compromiso con la implementación del Código Base ETI requiere explícitamente más que el cumplimiento legal" cuando el Código Base provee una norma más alta.

El Consejo de ETI respaldó una recomendación del subcomité para ofrecer a Fyffes la "oportunidad de comprometerse con la Unión Internacional de Trabajadores Agrícolas (UITA) para crear un marco de compromiso mutuamente acordado".

El subcomité también examinó tres quejas específicas presentadas por la UITA y la ONG BananaLink, en torno a las Disposiciones del Código Base de la ETI sobre:

• Libertad de asociación.
• Salud y seguridad.
• Salarios no pagados y horas extras.

Sobre la libertad de asociación

"Si bien hay una serie de complejidades a este aspecto de la queja y algunos aspectos técnicos legales, encontramos que tomadas en conjunto las acciones y el enfoque adoptado por Suragroh [la plantación de melón hondureña propiedad de Fyffes en el centro de las acusaciones] ... contravenen el enfoque abierto a las actividades sindicales legítimas que ETI esperaría dentro de la cadena de suministro de un miembro de la ETI ".

En comentarios adicionales sobre el derecho a la libertad sindical y a la negociación colectiva, también se observó que, pese a las complejidades de la situación, Fyffes y Suragroh deben comprometerse "con el movimiento sindical ya sea internacional, regional o nacional en Honduras".

La necesidad de iniciar "un diálogo genuino con aquellos que representan a los trabajadores, permanentes o estacionales, para resolver los problemas pendientes y crear confianza para las continuas relaciones laborales maduras y la negociación colectiva".

Salud y seguridad

"La evidencia proporcionada no fue concluyente de que [específicamente evidenciado] el incidente con los plaguicidas fuera más que un accidente y de hecho la evidencia es clara que la compañía respondió de manera responsable ... Sin embargo, en la agricultura tales peligros son reales y todavía sugerimos que estos incidentes sean tomados como una oportunidad para que Suragroh y Fyffes revisen los procedimientos y políticas en vigor, la información proporcionada y la capacitación de los trabajadores ".

Sobre los salarios no pagados y las horas extraordinarias

"Recomendamos que se lleve a cabo una revisión de los sistemas y controles para asegurarse de que no hay base para malentendidos de lo que los trabajadores deben en el futuro y mantener nuestra recomendación de que" Fyffes debe revisar y auditar periódicamente sistemas de salarios y pagos ".

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