Turberas: El humedal amenazado y que es empleado como sustrato

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Turberas: El humedal amenazado y que es empleado como sustrato

La necesidad por emplear productos que creen ambientes favorables para la elaboración de alimentos tiene desventajas si su origen no es sustentable. Un ejemplo, es el uso de ciertos humedales para la producción de alimentos (u otros), los cuales tienen la amenaza de desaparecer si la intervención del ser humano no se detiene a tiempo.

La turbera es uno de estos humedales. Caracterizada por absorber 20 veces su peso en agua, es encontrada en países como Canadá, Australia y Chile, siendo éste último donde se detectan problemas.

El país no cuenta con una ley de protección para estos humedales. Una de las razones es que debido a la alta concentración de carbono que presenta, el ecosistema es considerado un mineral y no material orgánico.

Para conocer más sobre este ecosistema comercializado con fines hortícolas, entre otros, Portalfruticola.com conversó Francisca Díaz investigadora y docente de la Universidad Andrés Bello.

Existen turberas que se formaron hace 18 mil años tras la última glaciación. En el caso de la isla de Chiloé y más al sur también los hielos cubrieron una buena parte del territorio. En el periodo postglacial, al retirarse los hielos, lugares en los que habían depresiones quedó agua. Algunas de estas fueron colonizadas por plantas de ambientes húmedos, especialmente el musgo Sphagnum (o pompón), que con el paso de los años, formaron estos humedales llamados turberas”.

“Este musgo, a medida que va creciendo hacia arriba, su parte inferior se va descomponiendo dando origen a la turba. Por el ambiente húmedo donde vive y por condiciones extremas de acidez y falta de oxígeno, esta descomposición es muy lenta. La acumulación de este material orgánico descompuesto puede llevar siglos o milenios. Hay datos que indican que cada 100 años se acumula un centímetro de turba”.

En el sur de Chile, principalmente la región de Los Lagos y Magallanes, las turberas que se caracterizan por estar constituidas por tres componentes. Musgo, plantas que viven en él y turba (acumulación de materia orgánica descompuesta). Esta última es vendida como ingrediente perfecto para sustratos.

En las localidades, el musgo Sphagnum forma parte de su paisaje característico. Al igual que la turba, también es comercializado como sustrato, entre otras múltiples funciones. Todos sus usos se deben a su alta capacidad de absorción de agua.

Comercialización

Desde de la década de los '80 el Sphagnum se ha conocido en términos comerciales por sus variadas aplicaciones. Destaca su rol en el cultivo de productos hortícolas y como sustrato de propagación para el cultivo de orquídeas.

Según el Instituto Forestal del Ministerio de Agricultura (Infor), establecer cifras de comercio mundial de musgo resulta complejo debido a que las estadísticas podrían incluir otros productos vegetales. No obstante, volúmenes exportados fluctúan entre los 2 mil y 5 mil toneladas métricas por año, de acuerdo a información publicada por la misma institución.

Los países a los cuales llegan son: China, Corea del Sur, Japón y Taiwán, entre otros.

Manejo sustentable

Sobre el uso sustentable, Francisca Díaz comenta que científicos han trabajado con agricultores para que aprendan técnicas que les permitan desarrollar un manejo amigable con el ambiente.

“Junto con los agricultores trabajamos con un protocolo de sustentabilidad o de buenas prácticas con el fin de lograr la regeneración del musgo”.

No obstante, esto no garantiza el éxito porque el mercado del pompón funciona con intermediarios. Según la académica, hay quienes arriendan pomponales para extraer el musgo quienes no tienen la preocupación de hacer un buen corte del mismo, lo cual inhibe su crecimiento futuro.

“Una de las indicaciones es que el corte del musgo no debe superar los 12 centímetros, porque después no se regenera”. Y agrega “hemos tenido talleres con empresas exportadoras que compran este pompón y les decimos que no compren el que viene molido, porque es el que los agricultores sacaron a 20 centímetros bajo de la superficie. El que se encuentra en los primeros 12 cm es el de mejor calidad, lo que les permite venderlo a mejores precios, y así aseguramos su regeneración”.

Pero el precio depende del mercado y los requerimientos que éstos exigen. En Europa se privilegia el producto con sello verde, siendo esta la razón por la que el producto que se envía desde Chile tiene como destino final Taiwán (entre otros), país que que compra un musgo molido sin importar la calidad.

La opción de extracción sustentable es exclusiva para el musgo, porque en el caso de la turba la posibilidad de comercializar sin un impacto es nula.

Díaz comenta que en Canadá también se extrae turba, pero su extracción está controlada por su Gobierno. “Cuando hacen extracción de turba, hay toda una planificación gubernamental con seguros comprometidos. La empresa que interviene tiene que pagar cierta cantidad de dinero y se compromete a restaurar después del abandono de obras. Está más planificado. En Chile no se hace nada”.

De acuerdo a la información entregada por la Convención de Ramsar las turberas prestan importantes servicios ecosistémicos, así por ejemplo protegen la biodiversidad, almacenan agua dulce, y acumulan carbono, entre muchos otros.

Fotografía: Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)

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