Colombia y su desarrollo en la fruticultura. Por Sergio Torres
Por Sergio Torres Troncoso, Gerente de Avo Hass Colombia y de Agrícola Altos del Valle, Gestor de proyectos Agroindustriales
A comienzos de la presente década y en diferentes escenarios técnicos y comerciales, sustentaba que Colombia sería la economía latinoamericana que alcanzaría las mayores tasas de crecimiento frutícola en la región, en los próximos 10 años. Mucha incredulidad producía esa afirmación, especialmente entre los propios colombianos.
El campo venía de un largo periodo de abandono y sin inversión por efecto de la inseguridad. El banano era la única fruta con un volumen de exportación considerable.
A principios de la presente década, las cifras de exportación que mostraba Colombia para todas las frutas frescas (sin banano) era de aproximadamente USD 30 millones, básicamente en uchuva (Physalis peruviana) y gulupa (Passiflora pinnatistipula), dos frutas con mercados con limitaciones de crecimiento. Esta cifra era muy distante de la de sus vecinos, quienes poseían ya un portafolio muy diversificado y estaban exportando varios miles de dólares anuales en fruta. El campesino colombiano producía frutas sólo para el mercado interno, con los consabidos ciclos de altos y bajos precios que impiden el crecimiento del sector y que empobrecen al campesino.
El crecimiento necesita estabilidad y para ello se requiere seguridad física y jurídica, lo demás lo hacen los privados. Colombia ya avanzaba consistentemente en seguridad.
Hoy, son el aguacate, la piña, la lima Tahití y el mango las frutas con mayor inversión y crecimiento. La gulupa y uchuva mantienen un volumen, pero no así un crecimiento. También hay desarrollo de frutas como pitahaya, granadilla, maracuyá y otras exóticas. Hay quienes quieren hacer crecer las áreas de arándanos y fresas. Guanábana, papaya y guayaba son frutas con mercado y sus productores hacen sus primeros esfuerzos para llegar a ellos. Las naranjas y mandarinas han crecido consistentemente, mas no sus exportaciones.
Colombia ofrece una ubicación geográfica envidiable, con salida al Atlántico y al Pacífico, con diversidad de pisos térmicos, lo cual permite producir varias frutas durante casi todo el año. Es importante el impacto que ello tiene al buscar ventanas de cosecha, en el flujo de caja más generoso y en una atención a clientes más estable, además de complementaria con otros orígenes. Es muy generosa en agua, además de muchas otras virtudes.
El país hoy está dando un salto cuantitativo y cualitativo en su sector frutícola, las áreas de siembra y sus cifras de exportación están creciendo a paso sostenido por efecto de la inversión. Existe una demanda de tierra creciente, hemos consolidado varias operaciones de capital chileno, también se consolidaron inversiones de origen peruano, mexicano y sudafricano, además de las de origen local que son considerables.
El aguacate está liderando la inversión extranjera en tierras colombianas. En este producto, los más prudentes hablan de que el país posee 14.000 Ha de Hass, personalmente como productor y exportador, creo que estamos cerca de las 16.000 Ha y creciendo a razón de aproximadamente 2.000 Ha por año o más, los viveros están colapsados. Las áreas de piña se cuadriplicaron desde el 2010. La lima Tahití también crece a un ritmo elevado. Las inversiones en plantas empacadoras en los últimos 3 años alcanzan a más de 10 unidades, que se sumaron a las ya en operación, y conozco otras en proceso de construcción.
Las cifras de las 4 frutas con mayor crecimiento en los últimos 5 años:
Grandes desafíos enfrenta el país en materia fitosanitaria con una autoridad sanitaria bien intencionada, pero carente de presupuesto, con profundas limitaciones en investigación y tecnología, con una gruesa tarea en infraestructura vial y portuaria, con una preocupante estrechez de modelos de financiamiento, con insuficientes e imprecisas bases de información y la insuficiencia de profesionales y técnicos calificados, entre otros.
¡Pero GRACIAS, GRACIAS por tener estos serios problemas! Es la inversión, el crecimiento y desarrollo lo que desnuda las necesidades y promueve la colaboración y el emprendimiento.
Es esta inversión, crecimiento y desarrollo lo que permite consolidar el empleo y oportunidades en el campo, origen de las dificultades de seguridad. Hoy, la fruticultura está aportando una alta cuota de la seguridad y estabilidad en el campo colombiano y representa una gran oportunidad para el desarrollo agrícola nacional.
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