Investigan el uso de hongos endófitos para el control de plagas y enfermedades en hortalizas
En Chile existen alrededor de 34 mil explotaciones agrícolas según datos arrojados por el Censo Agropecuario de 2007. En este contexto, la presencia de plagas y enfermedades se hace difícil de controlar.
Es por esto por lo que el INIA Quilamapu está llevando a cabo un proyecto sobre hongos endófitos para el control de posibles plagas y enfermedades en la Región del Maule al sur de Chile.
En esta región la principal actividad económica es la silvoagropecuaria, destinándose 9.042 hectáreas a la producción de hortalizas (14% de la superficie nacional) y siendo el choclo o maíz, tomate y lechuga entre las más destacadas.
El cultivo intensivo ha generado el crecimiento de plagas y enfermedades para las cuales se utilizan grandes cantidades de productos de síntesis química, las cuales en altas dosis pueden ser de elevada toxicidad.
Así es como la institución está investigando el uso de hongos endófitos con el objetivo de ofrecer una alternativa limpia a la hora de controlar agentes dañinos para las hortalizas.
Para conocer el funcionamiento de estos hongos, en Portalfruticola.com, hablamos con Lorena Barra, investigadora de INIA.
“Estamos trabajando con un grupo de microorganismos que son facultativos, esto quiere decir que pueden permanecer en el suelo o bien asociarse a la planta si ella los necesitara”.
La agrónoma explica que estos hongos ingresan a la planta a través de las raíces o las hojas y se mueven hacia el sistema vascular siendo capaces de colonizarla.
“Una vez que los microorganismos están adentro tienen distintos mecanismos dependiendo de la actividad que uno busca de ellos”.
Hay distintos mecanismos a través de los cuales los endófitos actúan para el control de plagas y enfermedades.
Existen dos mecanismos directos: O bien el hongo es capaz de colonizar la hoja, pudiendo competir con un hongo patógeno por el espacio, alimento etcétera; o el otro mecanismo directo es que el hongo benéfico se puede encontrar en la hoja con un hongo patógeno y lo puede parasitar, esto se llama micoparasitismo.
Entre los mecanismos indirectos: los hongos producen metabolitos secundarios, éstos se pueden mover a cualquier parte de la hoja y repeler algún insecto o el mismo metabolito puede causar la inhibición del crecimiento de algún hongo patógeno; y la otra forma es resistencia sistémica, que provoca algo en la planta y ésta responde frente al patógeno.
“El proyecto es muy aplicado, la investigación básica está hecha y ahora estamos viendo cómo aplicarlas y cuándo. Ahora estamos analizando, por ejemplo, desarrollar pastillas que se puedan disolver en agua”.
“Hemos evaluado aplicaciones al riego, en drench, y aplicaciones a la semilla y foliares”, agrega.
Al respecto, la ingeniero agrónomo señaló que existen varios hongos reportados como endófitos, entre los que destacan los géneros Beauveria, Metarhizium, Trichodermas, Clonostachys y Paecilomyces todo los cuales tienen un enorme potencial para el control de plagas y enfermedades agrícolas.
Barra indicó que las posibilidades de contar con nuevas cepas de hongos endófitos que actúen en beneficio de las plantas son certeras, ya que “en el Banco de Recursos Genéticos Microbianos de INIA Quilamapu disponemos de una colección de más de mil cepas de hongos Beauveria y Metarhizium nativos de Chile, todos ellos con potenciales características para proteger plantas”.