Legisladores brasileños quieren prohibir la venta de productos orgánicos
Legisladores brasileños estarían trabajando en dos proyectos de ley, uno para prohibir la venta de alimentos orgánicos a los supermercados y otras tiendas minoristas importantes y otro para desregularizar el uso de pesticidas.
Según los informes, los legisladores resucitaron un proyecto de ley del 2002 que reduciría drásticamente el papel de las autoridades de salud y medio ambiente en la autorización de dichos pesticidas, informó el LA Times.
La principal propuesta pro-pesticida, que fue bautizada como el "paquete de veneno" por los ambientalistas cuando se introdujo hace 16 años, dejaría el trabajo de aprobación al Ministerio de Agricultura.
El proyecto de ley permaneció inactivo hasta junio de este año, y ahora está siendo debatido en la cámara baja del Congreso.
En tanto, el proyecto de ley sobre alimentos orgánicos fue aprobado a principios de julio por una comisión de agricultura en la cámara baja, pero debe pasar por otra comisión del Congreso antes de una votación completa.
El LA Times informó que la reactivación de la vieja legislación se produce como resultado del creciente poder de los ruralistas, una facción de legisladores que ahora tienen una mayoría en el Congreso y que están aliados con el presidente proempresarial de Brasil, Michel Temer, y el sector empresarial agrícola, que está impulsando la economía del país.
"En medio de la recesión y una crisis política que debilitó a la izquierda, los ruralistas se volvieron aún más importantes", dijo a la publicación Mauricio Santoro, profesor de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Río de Janeiro.
"Si no fuera por el impacto de los agronegocios en la economía, Brasil aún estaría en recesión", comentó Santoro.
Los defensores de la desregulación de los pesticidas dicen que el proceso actual para obtener la aprobación de los pesticidas es demasiado engorroso y que su racionalización aumentaría la producción de los cultivos.
Pero los ambientalistas y otros opositores a los cambios propuestos dicen que la desregulación aumentaría una gama de problemas de salud relacionados con la exposición a los pesticidas, incluido el cáncer y la infertilidad, y contaminaría el suelo y el agua.