Fuego bacteriano, una terrible enfermedad. Susceptibilidad por especies y variedades
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El fuego bacteriano de las rosáceas. Erwinia amylovora
El fuego bacteriano es una enfermedad que afecta fundamentalmente a las rosáceas (peral, manzano, membrillo, níspero) además de ornamentales y silvestres. Como su nombre indica, esta enfermedad está causada por una bacteria (Erwinia amylovora). Vamos a conocer algunos de los síntomas que causa esta enfermedad.
Las rosáceas (Rosaceae) son una familia de plantas dicotiledóneas pertenecientes al orden Rosales. Esta familia incluye la mayor parte de las especies de frutas de consumo masivo: manzana, pera, membrillo, melocotón (durazno), ciruela, cereza, fresa (frutilla), almendra, albaricoque, zarzamora, frambuesa, etc. También incluye muchas especies ornamentales, principalmente, las rosas.
El fuego bacteriano tiene la particularidad de ser la primera enfermedad causada por una bacteria en ser detectada y registrada.
Sus efectos son devastadores sobre el cultivo por varias razones. Tiene una gran capacidad de migración hacia otros árboles, un limitado rango de huéspedes que causa una especialización en la infección de los cultivos económicamente importantes, su gran capacidad de superviviencia en los tejidos de las plantas hospedadoras y lo peor de todo, no existe tratamiento.
La inseminación de la enfermedad es asombrosa. Lluvia (el patógeno puede vivir 6 meses en agua), viento (transporte de exudados de bacteria), insectos (hasta 77 especies), herramientas, pájaros (transporte a larga distancia) y material vegetal portador de Erwinia amylovora.
Especies afectadas
Como hemos comentado anteriormente, el rango de especies afectadas pertenece a las rosáceas (familia Rosaceae). Dentro de esta familia se han descrito alrededor de 200 especies de plantas de 40 géneros susceptibles de ser infectados por el fuego bacteriano. Veamos también las subfamilias afectadas:
- Spiraeoideae
- Rosoideae
- Amygdaloideae (Prunoideae)
- Maloideae (Pomoideae)
Los síntomas de la enfermedad
- Síntomas en hojas: las hojas se infectan o bien porque el brote está infectado o porque la enfermedad ha progresado hasta las hojas. En el inicio de la enfermedad, las hojas se marchitan, pudiendo aparecer manchas necróticas sobre los márgenes. También se puede identificar la enfermedad observando que en el peciolo aparece una mancha de color oscuro y aspecto húmedo. Además otra identificación clara, las hojas no se caen, ya que lo normal es que cuando las hojas se marchiten caigan. En esta enfermedad las hojas permanecen secas sobre el árbol.
- Síntomas en ramas y tronco: sobre el tronco se forman chancros que aparecen en primavera, verano u otoño. Estos chancros suelen medir entre 3 y 8 mm sobre brotes, y sobre ramas o troncos aumentan hasta los 15-20 cm. No se identifican con facilidad. Son zonas decoloradas sobre el tronco, de color pardo, a veces agrietados.
- Síntomas en flores: En las fases iniciales las flores presentan un aspecto húmedo, marchitándose con el tiempo. Adquieren un aspecto marrón o negruzco, se marchitan y mueren. Al igual que las hojas, las flores necrosadas continúan en el árbol y no caen.
- Síntomas en frutos: desde el inicio del fuego bacteriano los frutos pueden verse afectados. Si el fruto ya está afectado por heridas o grietas producidas por condiciones ajenas a esta enfermedad, la bacteria progresa con mayor rapidez. Los frutos afectados adquieren un aspecto húmedo que con el tiempo se tornan negruzcos y necrosan. Algunos frutos permanecen momificados sobre el árbol (como hojas y flores) y otros caen debido a su peso.
- Síntomas en raíces: no son observables, ya que las raíces no son visibles, y además no es lo más común. Pero si se produce una infección sobre las raíces, la muerte del hospedante es rápida. Se forman chancros parecidos a los del tronco o ramas.
Un síntoma muy peculiar de la enfermad son los exudados. Los órganos afectados (flores, tronco, brotes, ramas y frutos) emiten o exudan gotas de color blanco o amarillento y viscosas. Estas gotas contienen muchísimas bacterias protegidas por mucopolisacáridos, y es una gran forma de propagación de la enfermedad.
No todo es fuego bacteriano
Muchas veces hemos observado que ante la aparición de uno de los síntomas descritos anteriormente, corre el pánico y directamente diagnosticamos como fuego bacteriano y la solución es arrancar el árbol. Veamos distintas plagas y enfermedades que pueden causar la confusión por síntomas parecidos a los de Erwinia amylovora.
Pseudomonas syringae pv. syringae es frecuente y produce síntomas parecidos con necrosis en yemas, brotes o flores en primavera. Se diferencia del fuego bacteriano porque los síntomas se remarcan en primavera y no avanzan en verano u otoño.
Variedades del peral más susceptibles a la infección
Muy sensibles
- Alexandrine Douillard
- Decana del Comicio
- Packam´s Triumph
- Passe Crassane
Sensibles
- Abate Fetel
- Agua de Aranjuez (Blanquilla)
- Conferencia
- Devoe
Mediana sensibilidad
- William’s (Barlett)
- Santa María Morettini
- Limonera (Dr. Jules Guyot)
- Grand Champion
- General Leclerc
- Mantecosa Precoz Morettini
- Mantecosa Hardy
- Mantecosa Bosc (Kaiser)
- Buena Luisa de Avranches
Poco sensibles
- Roma
- Magallón (Leonardeta)
- Ercolini (Coscia)
Fuente: www.agromatica.es