Un estudio realizado en Australia encontró que las moscas de la fruta en las zonas templadas del país se están volviendo resistentes a los insecticidas comunes.

El estudio, publicado en Nature Ecology and Evolution, fue realizado por académicos de la Universidad de Melbourne y se centró en la resistencia de la mosca de la fruta al Imidacloprid, el insecticida más utilizado en el mundo.

Los descubrimientos del equipo demostraron que las moscas de la fruta que viven en la parte sureste del país, incluyendo Victoria, Nueva Gales del Sur y partes del sur de Australia, están evolucionando para resistir los efectos de los aerosoles comunes que son considerados efectivos.

El investigador principal Alexandre Fournier-Level indicó que las moscas de la fruta estaban evolucionando de esta manera, a pesar de las numerosas tensiones externas.

"No es solo insecticidas o temperatura o humedad, tienen que lidiar con todas las tensiones a la vez", declaró.

Describió el tipo de mosca cada vez más resistente a los insecticidas como un "cebo" con un nuevo "objetivo".

Al elaborar la comparación, dijo a ABC News: "Entonces, un insecticida es el cebo y su objetivo molecular generalmente se localiza en el cerebro de la mosca. El primer y más común mecanismo es que el objetivo cambia de forma y el insecticida ya no puede alcanzar el objetivo''.

La investigación de su equipo también mostró que las moscas de la fruta que viven en zonas templadas resisten mejor los insecticidas que las que viven en áreas más tropicales.

Teniendo en cuenta el significado de tales descubrimientos, el Dr. Fournier-Level comentó que los agronegocios de todo el mundo deben analizar los factores genéticos y ecológicos para controlar la plaga.

"Lo que definitivamente ha terminado es esta era que comenzó en la década de 1940, en la que solo podríamos usar un barril de producto químico para tratar con todas y cada una de las especies", indicó.

Él cree que podría ser posible usar moscas de la fruta tropical, que no evolucionan para resistir a los insecticidas, para ayudar a desarrollar la resistencia a los insecticidas en las moscas templadas, eliminándolas así de la población.