Columna de opinión: Las expectativas de crecimiento para el sector agroalimentario no son alentadoras
Por Louis des Cars, CEO Coface Chile.
Las expectativas de crecimiento para el sector agroalimentario para el segundo semestre no son alentadoras, dado que, en el primer trimestre de 2019, el sector cayó un 1,2% en su crecimiento.
Se prevé que para el segundo trimestre las exportaciones agrícolas caigan un 11% en comparación con el mismo trimestre de 2018; acumulando una caída del 7% en el primer semestre de 2019 con respecto a la misma mitad de 2018.
Los sectores primarios suelen ser volátiles, y se ven afectado por shocks negativos, según la estimación de la cosecha 2018/2019; se espera que la producción total caiga un 17.5% en comparación con la cosecha 2017/2018.
A ello se suma que en agosto de 2019, el Ministerio de Agricultura declaró como zona de emergencia agrícola a la Región de Coquimbo ante la sequía que afecta a esa zona.
Esta posee un total de 27.151 hectáreas de superficie plantada con frutales; según el Catastro Frutícola realizado en 2018 por el Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN). En cuanto a las especies, la uva de mesa es el producto frutícola con mayor área de afectación, alcanzando las 8.159 hectáreas.
El nivel de siniestralidad del sector agroindustrial comparativo con otros países de la región es de un riesgo relativamente mayor debido a que los plazos de pago normalmente son más largos hasta 180 días; y también a los factores climáticos fuera del control de las empresas y los agricultores que operan en el sector.
Otro efecto adverso para Chile es que es parte del proceso mundial continuo de cambio climático; con efectos negativos en el desarrollo productivo de la fruta.
A pesar de ello la agricultura nacional es prometedora a largo plazo por su geografía, clima y la riqueza de sus recursos naturales. De hecho, se encuentra entre los diez principales productores y exportadores de uvas, de cerezas, de manzanas y de bayas del mundo; lo que se ve favorecido por el alto grado de apertura de la economía y los múltiples acuerdos de libre comercio que le da acceso al mercado extranjero con bajos aranceles, y la creciente demanda mundial de productos alimenticios saludables como la fruta fresca.